COMPARTIENDO CONOCIMIENTO





La vida es un caminar...
y cada día que pasa un avanzar.

sábado, 12 de octubre de 2013

Píldoras del evangelio: UNO DE DIEZ.

"La gratitud no es solo la virtud más grande, sino la madre de todas las demás" 

(Cicerón)

  
Lc. 17, 11-19.





UNO DE  DIEZ

Aunque  el pasaje  se  desarrolle  en el contexto de  un  milagro de  sanación, la  escena nos permite  reflexionar sobre  dos  actitudes o maneras  de responder a  la revelación de  Dios;  es  decir, en el cumplimiento de la  ley o en la libertad del  el seguimiento a  Jesús. Así mismo, una  vez  más  Jesús  sigue  cuestionado y a la  vez interpelando la manera  como las instituciones  religiosas de su tiempo  orientaban al  pueblo en su  comprensión y experiencia  de  Dios.

PARA  TENER PRESENTE:

1.    La  aldea  a la  que entra  Jesús. Representa  un  espacio geográfico, ideológico, religioso  y cultural en el que  Jesús  es  forastero, él entra  a  este  lugar mientras  va de  camino a Jerusalén, es  decir, mientras  va  desarrollando su misión, entra  aun espacio  que tiene  su propia manera  de  concebir  la  relación con Dios de acuerdo a la directrices  que  las  autoridades  judías  iban impartiendo, las  cuales  estaban fundamentadas en el cumplimiento de  la  ley. Por  ende, su ingreso allí genera  crisis  ya  que  con su mensaje  cuestiona  la  validez  de  la  ideología excluyente que  allí impera y con sus acciones  libera(cura) y salva  a la gente  del nocivo influjo de  dicha ideología.( P. Adalberto Sierra)
2.    Los diez leprosos. Representa  al  grupo de  seguidores  de  Jesús que  se  sienten excluidos(lepra) por  la ideología legalista  de la aldea, que rechaza la  manera  de Jesús  proponer la  experiencia  de Dios. Es un  grupo  formado por  judíos  y samaritano, es  decir  los  del pueblo de Dios  y los  paganos. 


3.    Pónganse en camino y preséntense  al sacerdote. Ponerse  en camino implica  para  ellos  alejarse  de la  aldea(ideología) donde  siempre han vivido, para  ir  hasta los  sacerdotes, autoridades  religiosas, es  decir  volver a lo mismo o ir  hasta ellos para dar  testimonio de  la  convivencia  y  experiencia  que  han tenido con Jesús, la  cual les  ha  dejado libres  de  su lepra en el camino.  No  es  la institución, la  ley ni  su ideología  la  que les sana, sino  el  camino de  libertad, Jesús no  hace  nada, sencillamente,  como  el pueblo de  Israel lo envía  a  hacer  el camino, proceso de purificación y liberación interior.


4.    ¿Solo uno ha  regresado a  dar  gracias? Hay una  desproporción uno de  diez, esta  desproporción que parece  exagerada refleja  el comportamiento de ingratitud que asume el creyente,  tras una falsa interpretación de la ley, y por tanto  una falsa imagen de Dios.(La Biblia del Pueblo de Dios).

El  hombre  que regresa a dar  las gracias  representa  a la minoría  que  ha  descubierto en su experiencia personal y en la libertad interior, el camino de la sanación y de la  salvación. Su actitud  es de gratitud  y de  gozo  porque  ha encontrado su purificación no en medios  externos, ni en imposiciones y exigencia  legales, sino en el  camino de la libertad interior al que  Jesús  le  ha  conducido.

El que  regresa  es un samaritano, es  decir uno que no pertenece  al grupo de  los  que se  consideraban con el derecho a  la  salvación, es un extranjero, está  fuera  de  los  que  siguen las ideologías y  creencias  de la  aldea.

ENSEÑANZA.

Para vivir una autentica  experiencia de Dios, necesitamos  atrevernos  a hacer  parte de la desproporción, es  decir del  pequeño  grupo que  asume  el  riesgo de  vivir  de un modo diferente la experiencia de fe, implica  asumir  el riesgo de sentirnos  excluidos o rechazados por  pensar  y vivir diferente.

Para  sanar  la lepra de nuestras impurezas es necesario dejar entrar  a  Dios  en la aldea de nuestras ideologías  y creencias, que nos  separan y conducen a una errónea  relación de  fe con él. Su entrada en nuestro territorio, genera un cuestionamiento a nuestras manera  pensar  y de actuar, nos interpela y conduce  a la liberación interior.  

La gratitud es  el resultado de una experiencia de fe que se vive en la libertad, en el amor y la conciencia personal. Es  manifestación de  alegría y alabanza a  Dios cuando descubrimos lo que él suscita en nuestro mundo interior, trascendiendo la rutina o el mero cumplimiento de normas y ritos que terminan siendo vacíos y esclavizadores cuando no se viven desde el amor y la libertad.  






No hay comentarios:

Publicar un comentario