COMPARTIENDO CONOCIMIENTO





La vida es un caminar...
y cada día que pasa un avanzar.

lunes, 28 de diciembre de 2015

Formación y desarrollo: MIRADA CON VISIÓN MÁS QUE VER TRASCENDER.

“Visión es  ver con el ojo de la mente lo que es posible en las personas, en los proyectos en las causas y en las empresas. La visión se  produce cuando nuestra mente relaciona posibilidad y necesidad”.
(Stephen Covey)



Mirar con visión: más  que ver es trascender.

Desde que  comencé a despertar interés y a leer la historia de algunas personas de éxito en la vida, empecé a encontrar  una actitud que les caracteriza en su manera  de mirar el mundo; es  decir, su capacidad de tener una visión transformadora, una  visión que penetra  la  realidad y les permite  mirar mucho más de lo que ve  el resto de la humanidad.

Jesús  el más grande  líder en la historia  de la  humanidad reflejaba su actitud  visionaria en su misión y manera de relacionarse con las personas, lo cual le permitió ver en hombres sencillos como Pedro, Santiago y Andrés más que hombres rústicos y pescadores, hombres líderes claves para el desarrollo de  su misión; en los pobres y pecadores  no vio la pobreza y el pecado, sino una oportunidad de  salvar, sanar y restaurar  la  vida  de aquellas personas para cumplir su misión y glorificar a quien lo había  enviado; de ahí que decía: “No he venido a  buscar justos y sanos  sino pecadores y enfermos”.

Dicen del gran escultor Italiano Miguel Ángel Buonarotti que cuando tomaba en sus  manos  un bloque  de mármol, él no  veía lo mismo que  el resto de las personas; mientras  los  demás  veían un simple bloque  de mármol; el veía una  escultura que ya  estaba en su mente  y lo único que tenía que hacer  era quitarle  las partes de mármol  que le   sobraban para que esta saliera  a los ojos de la humanidad.

En tal sentido, en eso consiste una  mirada  con visión, en ver no lo que  los  ojos  físico nos permiten mirar; sino,  descubrir  lo que está mucho más  allá de la realidad inmanente para descubrir  lo que  otros no han visto en la realidad trascendente.

Cuando tenemos una mirada que trasciende centramos nuestras energías como Jesús en el propósito y cumplimiento de la  misión;  o  como Miguel Ángel  en la escultura y no en el desecho que impide que esta salga a  relucir. En el camino siempre encontraremos los opositores de la misión o los residuos y sobrantes que impiden ver la  escultura que ya tenemos en nuestra mente.

La actitud de ser visionario está fundamentada en el principio de la creación que nos  dice  que  toda realidad material es  creada dos veces, primero en la mente en el mundo de las ideas y luego en el mundo material. Conectados con el propósito y la visión surge la acción que materializa lo que ya  ha sido creado en la mente.

Una mirada  con visión es  lo que  permite  al  empresario ver en un problema una  oportunidad  de negocio, al científico un proyecto de investigación, al artista una  obra de arte, al creyente una oportunidad de elevar una plegaria al creador.

En mi experiencia personal he podido comprender que tener una visión es lo que me permite ver que mi trabajo y negocio  es mucho más que simples  productos,  servicios y clientes; tener una mirada con visión me permite ver una manera de agradar al creador, ver sueños  hechos realidad,  ver el bien que  realizo a  la  humanidad con mi proyecto, ver la  sonrisa que puedo sacar del rostro de un niño o la mirada alegre de una personas que ha mejorado su calidad de  vida.

He entendido entonces que un mundo lleno de problemas, con cambios de paradigmas y circunstancias difíciles de las cuales nos sentimos asustados, necesita hombres y mujeres con miradas de visión capaces de  emprender proyectos transformadores, hombres y mujeres con visión para ponerse grandes metas y luchar por ellas, para ser verdaderos  líderes capaces de influenciar su entorno generando cambios de mentalidad  que conlleven a  la humanidad a sentirse responsable de su porvenir para dejar de quejarse y sentirse victimas de su destino. 

miércoles, 23 de diciembre de 2015

Formación y desarrollo: BASTA UN POCO DE HUMILDAD PARA APRENDER DE LOS DEMÁS.

“Nunca he encontrado una persona tan ignorante de la que no pueda aprender algo”.
(Galileo Galilei)




Basta un poco de humildad para aprender de los demás.

El aprendizaje  es un proceso  continuo en el que todos  los  días  podemos aprender y por ende crecer de manera integral ya sea para ser  más  productivos en el trabajo, para desarrollar mejor nuestro nivel de liderazgo  como para incrementar nuestra capacidad de  relacionarnos con las  demás personas.

Todos necesitamos  aprender ya que no somos perfectos sino perfectibles en cuanto  estamos en permanente proceso de  perfeccionar cada área de nuestra vida. El conocimiento y el aprendizaje es un proceso dinámico que  está en constante movimiento; notros aprendemos  de otros y  otros aprenden de nosotros, por eso cada situación de la vida es una  gran oportunidad para aprender algo de  otras personas. En mi proceso de crecimiento personal he tenido la  fortuna de conocer y relacionarme con  personas que teniendo mayor conocimientos y experiencias que yo, en diversas áreas de la vida, reflejan una actitud y disposición para aprender algo de mí, gesto de humildad que a su vez genera en mí un efecto búmeran, ya que me incita  de forma instantánea,  al deseo e interés por  aprender mucho más de ellas.

En tal sentido, es fundamental tener una actitud de  humildad que nos permita aprender  de los demás, aun de  aquellas personas que  erróneamente  podamos considerar que  no tienen nada que enseñarnos. Estar abiertos al aprendizaje siendo capaces de escuchar con atención a los demás, tener la  capacidad  de recibir  consejo,  retroalimentación o una  sugerencia,  es el reflejo de una  verdadera  actitud de aprendizaje.

Muchas veces sentimos temor de aprender de otros porque creemos que nos haremos vulnerables y por ende vamos  a perder  prestigio o estatus, nos cerramos a  la posibilidad de aprender  de otras personas porque nos consideramos sabios olvidando que el  sabio no es el que  cree que  lo sabe  todo, sino aquel que aumenta cada  día  su sabiduría en la escuela  de la vida, es el que  ha desarrollado el arte  de  vivir aprendiendo de  todos  los  que lo rodena; por  eso la persona sabia es humilde, está en permanente  crecimiento y con su actitud siempre  enseña  a los que lo rodean.

Al  contrario del hombre sabio, el soberbio considera que lo sabe todo, se cierra a la  posibilidad de  aprender  de los  demás y  por ende se cierra  a la posibilidad de crecer y aprender más.

Que importante es preguntarnos cada noche al finalizar  nuestra jornada ¿Qué  he aprendido hoy? ¿Qué personas me han dejado un aprendizaje para mi vida? Hacernos estas preguntas nos ayuda a hacer de la  vida una verdadera  escuela de aprendizaje y crecimiento.



sábado, 12 de diciembre de 2015

Formación y desarrollo: NO PONGA SU FOCO EN EL NO. ENFÓQUESE EN LA META.



“El modo de  dar  una vez en el clavo es dar  cien veces  en la herradura”.
(Miguel de Unamuno)



No ponga su foco en el NO, enfóquese en la meta. 

Alcanzar  las  metas que nos hemos establecido para cumplir nuestra visión es  un proceso que requiere  de tiempo y perseverancia. El tiempo de dicho proceso puede  ser corto como también  muy largo, hasta toda una vida, todo depende de nuestra motivación y compromiso con las metas y la acción; por eso, tan importante  como establecer un plan adecuado  y actuar, es tener resistencia al NO; ya que cuando esta  falla disminuye  la acción y se pierde el propósito. 

En tal  sentido, nuestra perseverancia será  tan fuerte como tan fuerte  sea nuestra  resistencia al rechazo. Cuando la resistencia al rechazo aumenta este disminuye; mantenerse en la lucha  sin darse  por  vencido es esencial  para  alcanzar  el éxito de nuestra  visión. Cada  vez  que alguien nos  dice NO; entes que entristecernos hemos de  pensar que ya estamos más  cerca del SÍ, pues cada NO que  superamos es una barrera menos en nuestro camino. 

Por  la naturaleza de nuestro  cerebro reptiliano que nos preserva  del  peligro,  el NO  de  los  demás  es  recibido como una amenaza que atenta contra notros, de modo que una  reacción muy común es huir. Es decir que si alguien nos  dice NO abandonamos nuestras metas, dejamos las  cosas tiradas y no continuamos. Sin embargo; nuestro cerebro en un nivel superior también tiene  la  capacidad de tomar  una decisión diferente y nos permite analizar, transformar, desechar o buscar nuevas alternativas ante  cualquier obstáculo que se nos presenta en la  vida. La cuestión consiste en no reaccionar con el nivel más básico de nuestro cerebro sino trascender  cada  situación y responder con un nivel superior.

Necesitamos entender que  realizar  nuestra misión y avanzar hacia la consecución de nuestra visión implica afrontar una serie  de resistencias, rechazos y fracasos que  se manifiestan en formas de NO provenientes de las  personas y situaciones  que  encontramos en nuestro camino.

Que interesante  es mirar  la historia y darse cuenta que todas las personas que  han llegado  al éxito en la vida dejando una huella en el mundo del arte, la  ciencia, la  literatura, los negocios, la fe y muchos  otros  campos  de la vida y  la sociedad;  tuvieron que  afrontar el NO que  se anteponía a sus sueños. El más  grande  líder  en la historia  de la Humanidad, Jesús de Nazaret, consiente de  esta realidad, y habiéndola vivido él mismo,  preparó a  sus  discípulos para que afrontaran el rechazo en el ejercicio de su liderazgo diciéndoles: “ Y si alguno no os  recibe, ni oyere vuestras palabras, salid de aquella casa o ciudad, y sacudid el polvo de vuestros pies”. Jesús sabía  que no todas aquellas personas a quienes se iban a dirigir sus  discípulos estarían  dispuestos a escucharlos y a recibirlos.  


Por ende, para salir de la tendencia a estar  lamentándonos y  frustrados por los obstáculos que se nos presentan en la  vida es clave  entender que  el NO es  parte  del proceso que hemos de recorrer en el cumplimiento de nuestra visión; lo cual implica quitar el enfoque del NO que nos han dado para concentrar más bien  la mirada en nuestras metas y  visión; es ahí  donde debemos mantener nuestra mirada llenándonos de fuerza para seguir actuando. 

lunes, 7 de diciembre de 2015

Formación y desarrolo: LA MIRADA 10/90: UN PROBLEMA DE VISIÓN QUE VA MÁS ALLÁ DE LOS OJOS.


“Todo depende  de  los  ojos con que se mire”


(Eduardo Punsent)



La mirada 10/90:  un problema  de  visión que  va más  allá  de  los  ojos. 


Muchas personas en la vida hemos  experimentado que al  hacer algo nos hemos  equivocado  en  un punto de lo que teníamos que hacer; de  manera  que  el  10% quedó  por mejorar y el  90% lo realizamos  bien; sin embargo la reacción de  nuestro conyugue, compañero de trabajo, jefe, amigo  o líder  espiritual es de crítica  centrada en  el 10% por  mejorar, olvidando el 90% que realizamos bien; lo que termina generando  en nosotros una  sensación de frustración o malestar; especialmente cuando esta situación es reiterativa.

Esa  tendencia a  enfocarse  en lo negativo, o en las  debilidades  de los  demás, ignorando la otra parte positiva es lo que yo he denominado la  mirada 10/90; actitud  que manifiesta  un excesivo  perfeccionismo o una exigencia intolerante hacia las  fallas  de los demás;  centrándonos  solo en lo que no está bien e ignorando  todo lo bueno que  la  otra persona  ha  realizado.

Podemos  comprobar que  cuando somos vistos y tratados  con la mirada 10/90  experimentamos una  sensación de  frustración y molestia; por  ello; conocedores  de lo desagradable que  es  ser analizados  solo por  lo  negativo,  lo primero que  hemos  de  hacer es comenzar  a cambiar nuestra mirada a una mirada 90/10; es  decir mayor  concentración en lo positivo que  en la falencia; en consecuencia comencemos  por cambiar nuestra mirada si queremos que los demás la cambien con nosotros, pues  al respecto decía Jésús: “Así que, todas las  cosas que  queráis  que  los hombres  hagan con vosotros, así también vosotros haced  con ellos; porque  esto es  la  ley  y  los  profetas”.

Dice  Pablo en la  carta  a los Filipenses: “Nada  hagáis  por contienda o por vanagloria, antes bien con humildad, estimando cada uno a los demás como superiores  a sí mismos”. En tal sentido es necesario esforzarnos por aprender a dar adecuada retroalimentación a los  demás, lo cual implica tener como base el amor, la humildad y la estima; tratando al otro con afabilidad de modo que manifestemos misericordia y busquemos su bien y crecimiento integral; pues este es el fin de la  corrección fraterna; antes que  hundir al otro  en sus  debilidades se trata  de ganarlo.

Fundamentados en la humildad  y el amor; una manera  de dar retroalimentación es comenzar  diciendo algo  bueno  de la  otra persona, para después hacer  énfasis con precisión y claridad  en lo que hay que mejorar, o en la  falla,  terminando siempre  con un aspecto positivo y una  recomendación; así la  otra persona no sentirá  que  se  le ha llamado para atacarlo y  la  conversación terminará  con una emoción positiva.

Cuando nos centramos excesivamente en lo negativo de la  otra persona es importante analizarnos a nosotros mismos, ya que  dicía también Jesús: “De la  abundancia  del corazón habla la  boca”; en tal sentido nuestras expresiones, palabras y actitudes son el reflejo  de aquello que hay en nuestro  corazón y que muchas veces nos cuesta aceptar,  y por ello terminamos rechazándolo en las  otras personas; nos  centramos en la  paja  del ojo  de la  otra persona para no analizar  la  viga  que  hay  en el  nuestro. En términos  de la  psicología, el psicólogo Carl Jung lo denominaba la sombra que  actúa  en el inconsciente y que  se  refleja mediante la culpa en la cual  rechazamos en los  demás  aquello que no aceptamos en nosotros mismos.

Es necesario que nos esforcemos por cambiar nuestra manera de ver a los demás; si cambiamos  el lente cambiamos la  percepción que tenemos de la otra persona, cambiamos  nuestros juicios sobre  sus  acciones y por ende nuestra manera  de relacionarnos  con ella.