Seguirte Señor
es entregarte el corazón y darte la
razón,
es
dejarse vaciar para ser llenado de tu
amor...
(joredo)
QUE DIFÍCIL ES SEGUIRTE
Cuando
digo carecer de sentido
semántico, abordo la brecha de
ignorancia que nos ciega e impide
comprender lo que implica ser un discípulo de
Dios. Realidad que va más allá de haber registrado nuestro nombre en un
libro de inscripción, de usar un distintivo y participar de una
celebración. Ser discípulo
comienza por ponernos en pie para emprender una aventura de lucha interior, la aventura de soltar la rama, de vencer el ego y confiarnos en las manos
de ese ser supremo que rebasa nuestras propias imágenes de dios.
Como en dos
caras de una misma moneda se vive la experiencia de seguimiento a Dios, por un lado una experiencia
difícil de lucha interior, de dolores y
lágrimas, de caídas y tristezas
y hasta
de reproches y rebeldías; y
después de tanta lucha, tan solo
voltear la moneda
para encontrar un camino de
esperanza, de bondades y manifestaciones
del amor de Dios.
Como en San Pablo, se vive la experiencia de uan fuerza dinámica en uan dialéctica interior de bien y mal, de miedo y amor, de duda y confianza, de carne y espíritu. De ahí que como el Apóstol podamos decir muchas veces: " Porque no hago el bien que quiero; mas el mal que no quiero, este hago. si hago lo que no
quiero, ya no obro yo, sino el mal que mora en mí. Así
que, queriendo yo hacer el bien, hallo esta ley: Que el mal está en mí. Porque según el hombre
interior, me deleito en la ley de Dios: Mas veo otra ley en mis miembros, que
se rebela contra la ley de mi espíritu, y que me lleva cautivo a la ley del
pecado que está en mis miembros. ¡Miserable hombre de mí! ¿quién me librará del
cuerpo de esta muerte? Gracias doy a Dios, por Jesucristo Señor
nuestro. Así que, yo mismo con la mente sirvo a la ley de Dios, mas con la
carne a la ley del pecado". (Rm 7, 19-25)
Quizás
lo difícil no resida tanto en seguir al
Señor, sino en dejar de seguirnos a nosotros mismos, romper el espejismo del engaño de nuestro
ego, para convencernos que aquello que
soltamos no vale tanto
como lo que él nos puede
dar, convencernos que podemos vaciar
la barca y no quedará
vacía, atrevernos a vencer el miedo de remar
mar adentro, de soltar la orilla
de nuestras seguridades,
despegarnos de la tierra firme de nuestros ideales para adéntranos a
la experiencia de una nueva forma
de vivir, caminando sobre el agua
sin hundir, tirando la red confiados que
siempre abra algo que pescar y que si algún día la
red sale vacía es porque ya no será necesario algo que sacar.
En
eta ocasión quiero compartir un escrito de mi autoría en el cual a través
un leguaje metafórico expreso esas
dos partes que complementan nuestra experiencia de seguimiento a Dios; donde
reconozco que no
es fácil esa lucha interior de abandonar los apegos, las
seguridades terrenales, los impulsos
y deseos, pero que cuando se logra
vencer se encuentra un camino de
regocijo, de esperanza y de prosperidad.
Juega en esta
experiencia un papel fundamental
la confianza en Dios, reflejado en ese vaciar las arcas y en el dejarse en sus
manos, para experimentar todo lo
que él tiene para nuestras vidas y terminar reconociendo que seguirlo a él es
la mejor opción.
QUE DIFIL ES
SEGUIRTE
Seguirte Señor
es entregarte el corazón y darte la
razón,
es
dejarse vaciar para ser llenado de tu
amor,
es
sentir el dolor de
desprenderse de las quimeras
que nos trazan
un itinerario al que le hemos
entregado el corazón.
Seguirte Señor, es
sentir el aguijón
del
sabor y sin sabor
de nuestro existir,
es
sentir la lucha interior
de un león y un
ave rapaz
en la
que se debate nuestro
deseo y tu
exigente opción.
Seguir
tu CAMINO es experimentar
la confianza
que nos conduce por
los senderos de la duda y la
seguridad;
duda,
de dejarlo todo por
ti y,
seguridad de
saber que a tu lado
seremos felices.
Hoy como niño
que se apacienta
en los brazos de su madre,
te entrego mis
temores y fragilidad,
para sentir cómo
por tu
gracia y tu poder
descubro en mi vida el
baluarte de tu amor.
Todo quiero entregarte Señor,
dejar las barcas
de mis recuerdos,
vaciar las arcas de
mis apegos,
orgullos, prepotencia y
rencor,
todo
quiero darte
y sentir
la alegría de
saber
que seguirte a ti:
Fue,
es y
será
mi mejor
opción.
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