COMPARTIENDO CONOCIMIENTO





La vida es un caminar...
y cada día que pasa un avanzar.

sábado, 31 de agosto de 2013

Píldoras del Evangelio: UN NUEVO CONCEPTO DE SOCIEDAD



El valor  de una persona no depende de su condición económica, títulos  o estrato social;  no depende de nada, pues ella es el valor.

UN NUEVO  CONCEPTO  DE RELACIONARNOS EN LA  SOCIEDAD
Lucas 14, 1. 7-14.

ÍDEAS CLAVES PARA COMPRENDER EL MENSAJE DEL TEXTO

1  Un sábado”,  día  de precepto según la ley,  en la  casa  de un  fariseo distinguido”, maestro de la ley.  Estos detalles del pasaje bíblico manifiestan que  la escena se desarrolla en el contexto  de una sociedad organizada y dirigida por los criterios judíos bajo la observancia de la Ley.

En ese mismo orden de ideas,  el mensaje  de Jesús  está  dirigido inicialmente  como  un cuestionamiento  a los criterios de convivencia (sociedad) que han establecido las  autoridades religiosas  para regir  dicha sociedad. 
 
2.    El pasaje  bíblico nos  plantea un parangón entre dos  tipos de sociedad:

  •     La que conciben los  fariseos y escribas (lucha por el primer puesto), en la cual se impulsa un tipo de sociedad basada en el ego que conduce a  la lucha por los privilegios y posiciones en el afán de sobresalir por encima del otro y, por lo tanto, se promueve la desigualdad entre las personas.  
Esta  concepción de  sociedad degrada  a la persona mandándola al último lugar, conduce  a la discriminación, rotula, clasifica  y  valora  a las personas no por lo que son, sino por lo que  tienen (dinero y bienes materiales)  y por lo que representan( puestos, títulos).

  •   La sociedad que propone  Jesús (el último lugar), fundamentada en la universalidad, la igualdad y el servicio, es una sociedad según los criterios del Reino de los Cielos, Dios es el que valora, el dueño de la fiesta. No se buscan grandezas ni reconocimientos por factores externos al ser humano. Esta  sociedad no humilla  ni degrada mandando al último puesto, por el contrario siempre engrandece, conlleva a la promoción de la persona y hace pasar al primer lugar.
3.    El consejo de Jesús no es  una técnica para evitar caer en el ridículo,  pues equivaldría a afirmar que él le otorga importancia a la forma como se valoran las personas en esa sociedad. En su perspectiva, se trata de no participar en esa competencia por los honores, de no asumir y legitimar así esa actitud de rivalidad de los unos contra los otros. (Comentario del P. Adalberto Sierra)

4.     “Cuando des una comida o una cena, no invites a tus amigos, ni a tus hermanos, ni a tus parientes, ni a vecinos ricos; no sea que te inviten ellos para corresponder y quedes pagado”. En esta expresión Jesús manifiesta que en la fiesta de la vida, el criterio  no puede ser la ley del intercambio, te invito para que me invites, te doy para que me des, te  ayudo para que me ayudes.  Esta  actitud convierte al mundo en un negocio, el mundo de Jesús está  centrado en el amor, el servicio desinteresado, en la entrega libre sin condicionamientos que  supera la ley del ojo por  ojo y diente por diente.


ENSEÑANZA.

La vida es una fiesta y nosotros somos los  invitados por Dios, lo que  implica regir nuestra  vida personal  y nuestras  relaciones en la sociedad por los  criterios del Pueblo de Dios que son  la humildad, el amor y el servicio, lo cual implica:

  • Vernos a nosotros y ver  a  los demás, como seres que tenemos nuestra valía en    sí mismos y no en  factores  externos que nos determinan, clasifican y  categorizan.  
  •  Tener una  autoestima equilibrada,  liberarnos del ego que nos conduce a las comparaciones y la permanente lucha de querer estar por encima de los demás. 
  •   Servir de manera desinteresada, comprendiendo que  la verdadera recompensa está en dar sin esperar nada a cambio y Dios que no se deja  ganar en misericordia será quien recompensará.  
Quizás  pueda parecer que aplicar esto a la vida es dífil ya  que nuestra sociedad se mueve bajo esos criterios  y vivimos en ella. Ante esta situación tengamos presente lo que decía Jesús a sus discípulos: " están en el mundo pero no son del mundo, sean mansos como paloma pero astutos como la serpiente, vigilad y orad para no caer en la tentación".




martes, 27 de agosto de 2013

Reflexionando desde la poesía: VUELVO A TI

“Habiéndome convencido de que debía volver a mí mismo, penetré en mi interior, siendo tú mi guía, y ello me fue posible porque tú, Señor, me socorriste".
(San Agustín)

VUELVO A TI



Confundido  por un erróneo concepto de independencia  busca el ser humano su emancipación aislándose  de  todos e incluso del mismo Dios, se sumerge en  sus deseos, cree tranquilizar  su alma en el  destello de “felicidad” que  brota de  las  cosas materiales, placeres y vanalidades para  estrellarse  finalmente con el muro de la  frustración, tarde o temprano la quimera se revienta como una  burbuja, que lo deja en el vacío existencial, con las manos tan  llenas de todo y  vacías sin nada, con la carencia interior y el  constante deseo de encontrar fuera de si lo que solo puede existir dentro de sí.

Claramente lo entendió  San Agustín al llegar a su  reposo interior después  de carreras inútiles en la búsqueda de grandes  respuestas a  preguntas sencillas:

“Habiéndome convencido de que debía volver a mí mismo, penetré en mi interior, siendo tú mi guía, y ello me fue posible porque tú, Señor, me socorriste. Entré, y vi con los ojos de mi alma, de un modo u otro, por encima de la capacidad de estos mismos ojos, por encima de mi mente, una luz inconmutable; no esta luz ordinaria y visible a cualquier hombre, por intensa y clara que fuese y que lo llenara todo con su magnitud. Se trataba de una luz completamente distinta.

¡Tarde te amé, Hermosura tan antigua y tan nueva, tarde te amé! Y tú estabas dentro de mí y yo afuera, y así por fuera te buscaba; y, deforme como era, me lanzaba sobre estas cosas hermosas que tú creaste. Tú estabas conmigo, mas yo no estaba contigo.

Reteníanme lejos de tí aquellas cosas que, si no estuviesen en ti, no existirían. Me llamaste y clamaste, y quebrantaste mi sordera; brillaste y resplandeciste, y curaste mi ceguera; exhalaste tu perfume y lo aspiré, y ahora te anhelo; gusté de ti, y ahora siento hambre y sed de ti; me tocaste, y deseé con ansia la paz que procede de ti.

Consciente Dios de  esta absurda inclinación del  hombre a la separación, que al hacerlo libre, hacia ella tiende, no  lo ha alejado de si, sino que  el remedio le propició en la misericordia y el amor del perdón que supera todo pecado que no es más que la tendencia del ser humano a la separación o ruptura de la  armonía que integra su  vida con Dios, con el otro, con la naturaleza y consigo mismo.

No lo pudo expresar  Jesús de forma más  clara a  través  de sus parábolas que reflejan  la inclinación del hombre a la separación y  la  constante actitud de  Dios a la  reconciliación.

En esta  ocasión les  comparto un texto de mi autoría que  hace  varios  años(2001) escribí  inspirado en la  majestuosa  parábola  del Padre misericordioso, en ella quiero expresar  esta dinámica relación que se da entre  la equivocada actitud  del  hombre a separarse, representada en el  hijo prodigo, y la actitud  de Dios a la reconciliación reflejada en el Padre Misericordioso.

El texto expone los momentos o pasos del proceso de  conversión que  se  encuentran  implícitos en la misma parábola.

1.    Situación de separación o  ruptura (pecado).
2.    Consecuencias de la separación
3.    Toma de  consciencia o reconocimiento del pecado
4.    Arrepentimiento
5.    Toma de decisión y acciones de reparación
6.    Reconciliación, acogida de Dios.


VUELVO  A TI

Padre  he  pecado contra  ti,
he adjurado  tu  casa y  me he  alejado de  ti
olvidándome  de todo el amor
que tenías  guardado para mí.

Cambié  tu amor por  un par  de monedas,
me dieron  el   deleite y la pasión
que  satisfacen  solo por un momento  y dan quimérica  alegría,
  terminando  en el cruel  dolor  de  haberme apartado de  tu sempiterno amor.

Padre  he  caído,  he conocido la  penuria,
la  tristeza, el hambre  y el  dolor
taciturno  y  entre  sollozos   he  sentido
desde  lo más  profundo, 
 el deseo de recobrar  tu amor.

Ambulante estuve  entre  placeres  y derroches,
pero  hoy  vuelvo a  nuestra  casa;
 temeroso al  reconocer  m i error
pero  con la  plena  confianza de  saber 
que  por  siempre  estarás  dispuesto a  brindarme  tu PERDÓN.



domingo, 25 de agosto de 2013

Formación y desarrollo: cuarto hábito GANAR GANAR

" La competitividad generalizada nos invade y condiciona desde todos los sectores de la sociedad, conduciéndonos desde la infancia a un deplorable y feroz individualismo. Estamos seguros que nuestra victoria pasa por la derrota del otro, su fracaso nos es necesario para nuestro éxito" . (Mónica L. esgueva)

Cuarto hábito:  GANAR GANAR



¿Al  terminar un negocio o una relación,  alguna vez ha experimentado  malestar interior porque se siente perdedor ya que el otro también ha  ganado? ¿Conoce  una forma de ganar en la que el otro NO pierda? Quizás estas  preguntas resulten difícil de responder cuando nos movemos por el paradigma  de la  competencia, yo gano y tú pierdes, que brota de una mentalidad de escases y una actitud egoísta que nos  impulsa a pasar por encima de los demás,  a destruirlos o quitarlos del camino para llegar solos  a la meta. 

Cambiar en nuestras relaciones esa actitud egoísta que nos lleva  a pensar  que solo ganamos  si  los demás pierden, implica adentrarnos en la aplicación del  cuarto hábito de la gente altamente efectiva planteado por Stiphen Covey el cual consiste en GANAR GANAR.

Este  hábito, ganar ganar,  está en el corazón mismo de las auténticas relaciones que conducen al  crecimiento y beneficio mutuo, donde al dar siento que  gano, me siento libre y sin miedos de compartir el conocimiento, la experiencia, mis triunfos; este hábito, nos lleva  a sentir que nuestras capacidades y talentos valen en la medida que los puedo entregar y compartir con los demás y que  cuando el otro gana con lo que yo comparto, yo  estoy ganado también.

Este  hábito  brota de la madurez personal que nos permite superar la independencia para alcanzar la interdependencia en las relaciones donde se crea la conciencia colectiva, el sentido de equipo y la  capacidad de compartir.

Empezar a aplicar el cuarto habito nos  da la fuerza interior para salir  de la lucha por ganar perder, de la fatiga desgastante que nos genera estar permanentemente  comparándonos  con los demás, y  liberarnos de la  ley del más fuerte que nos obliga  a estar siempre prevenidos porque nos sentimos amenazados,  es decir  ayuda a dejar de ver al otro como enemigo al  que tengo que vencer.

Aunque resulte paradójico,  en un mundo globalizado que se mueve a través la tecnología e informática, no es posible crecer y sobrevivir en el campo de los negocios, del empleo, el emprendimiento y  realizar proyectos si  no somos capaces de compartir y  dar a conocer lo que sabemos, y sabemos hacer, sino entendemos  el desarrollo de nuestro talentos como pura fuente de solución a los problemas de los demás.

 Aplicar este hábito es cambiar nuestra manera de ver el mundo, pasando de una visión matemática  de competitividad  que fomenta la resta y la división  a  una visión cooperativa que genera contribución y fomenta  la suma y la  multiplicación.

Ganar  ganar  es comprender que aunque  no  alcancemos nuestro propósito siempre algo podemos ganar, que aun en un desacuerdo dentro  de un negocio se  puede llegar  al acuerdo en que en esta  ocasión no se pudo llegar a un acuerdo, sin sentir frustración y  espíritu de  derrota.

  

Píldoras del evangelio. ¿SON POCOS LOS QUE SE SALVAN?

¿Son pocos los que se salvan?

En el interrogante del hombre que se dirige al Señor  para  preguntarle si son pocos los que se salvan, y la respuesta de Jesús, podemos comprender el sentido del  texto como una  dialéctica entre  dos concepciones sobre la salvación o entrada al Reino de Dios y,  los  criterios sobre los cuales están fundamentadas cada una.

1.    Concepción excluyente de los judíos.

La pregunta de un hombre cuyo identidad no está  definida, representa la mentalidad judía sobre la participación en el Reino de Dios, la  cual está  fundamentada en la limitación, “serán pocos los que se salvan”, con una concepción de exclusividad, favoritismo y exclusión.  Para los de esta mentalidad  lo que cuenta es pertenecer al grupo (la masificación sin identidad), al pueblo de Dios según la  tradición, la religión y la  cultura, se sienten los primeros, los elegidos y  los preferidos por Dios, dejando  a los demás (paganos, no judíos) por  fuera.

2.    Concepción universal de Jesús.

La otra  postura es la que Jesús  va anunciando  por  ciudades y muchos lugares, un nuevo concepto de Pueblo de Dios y de salvación con carácter  universal, las palabras de Jesús no excluyen, pues habla de “muchos”; además menciona los cuatro puntos cardinales “vendrán de norte y sur, oriente y occidente”, los últimos serán los primeros, los que antes estaban excluidos, los paganos ahora serán primeros.  

Para  Jesús lo que cuenta es el esfuerzo individual, la  respuesta y adhesión  personales a su propuesta, el compromiso y la responsabilidad  con la que cada uno asuma su vida de fe y se comprometa frente a Dios. Razón por  la  cual Jesús habla de “esforzarse”; la puerta estrecha supone un lugar por donde  muchos quieren entrar y pueden entrar, pero  la  entrada es individual, de a uno, lo que  denota el carácter individual y personal de la  fe.

Para Jesús no cuentan las apariencias, ni la  mera convivencia circunstancial que no conduce a la adhesión a  su persona y a su enseñanza, por eso se quedarán a fuera aunque digan: estuvimos contigo en la plaza y escuchamos tus enseñanzas. No basta estar, hay que ser y hacer.

La propuesta de Jesús no pretende crear el individualismo egoísta sino la responsabilidad y la identidad para formar comunidad.

ENSEÑANZA.

No podemos pretender alcanzar el éxito en la vida terrenal y la  salvación en la vida espiritual, fundamentados en factores externos como la masificación, los  favoritismos, la pertenencia a grupos, clases sociales, instituciones y partidos políticos.

Hay  que pagar  el precio individual asumiendo responsabilidad y esfuerzo personal, lo que implica.
·   Salir de la dependencia que masifica,  donde soy por lo que los otros (el grupo)  determinan en mí.
·    Alcanzar la independencia, lograr la victoria personal, el fortalecimiento del carácter, la emancipación que permite descubrir la identidad, asumir responsabilidad y conciencia frente a la  vida y frente  a las exigencias de la fe.
·    Pasar  a la  codependencia, no basta comprenderme como ser individual y asumir responsabilidad, necesito pasar a  la conciencia colectiva de sentirme comunidad sin perder la propia identidad, donde ya no soy solo yo, sino que me comprendo en relación con los demás.

APLICACIÓN A LA VIDA


  • En desarrollo profesional. 
Es  cierto que las relaciones (networking), las influencias y la pertenencia a una institución o cualquier colectivo puede abrir puestas en la vida profesional; no obstante, eso no garantiza el éxito en el desempeño de mi trabajo. Podré conseguir a través de la influencia y el favoritismo que me  den un puesto importante en una gran multinacional, pero no me garantiza el feliz  cumplimiento de mi misión, la consecución de resultados esperados y la  satisfacción personal en lo que haga.  

  • En la fe
En la vida de fe, no es la pertenencia a una cofradía, grupo parroquial o religión lo que garantiza mi salvación o participación en el Reino de los cielos, tengo que asumir compromiso personal con Dios y  vivir comunitariamente mi compromiso cristiano.


Píldoras del Evangelio: LA AUTENTICIDAD

He  ahí a un israelita de verdad.

Fiesta de San Bartolomé.



Quién era San Bartolomé.

Cuando hablamos de Bartolomé, estamos hablando del mismo Natanael que aparece en el evangelio de Juan 1, 45-51.

Bartolomé es, en realidad, un apellido. "Bar" significa "hijo de". Así, Bartolomé significa "hijo de Tolmai". Probablemente, el nombre, que acompaña a ese apellido es Natanael,  nacido en Caná de Galilea.

Del texto del  evangelio de Juan que  nos propone la liturgia para este día les comparto tres ideas para a reflexionar.

1.     Conmemorar  la vida de los  santos, contribuye al crecimiento y madurez  de nuestra vida humana y espiritual.

Cada  vez  que celebramos la memoria de los santos,  nos abrimos la posibilidad de ver cómo estos hombres y mujeres,  en igual condición que nosotros, a través de su esfuerzo humano y apertura a la acción de Dios,  pudieron elevar  su vida humana y espiritual a niveles  trascendentales.

El testimonio de estas personas nos anima en nuestro caminar,  vemos en ellos el reflejo de nuestras propias  vidas, descubrimos en su experiencia la manera cómo lograron superar situaciones difíciles, cómo Dios actúo en ellos y a través de ellos. 

2.    Para llegar  a la santidad hay  que pasar primero por la  autenticidad.

Las palabras de Jesús al referirse a Bartolomé son un verdadero elogio que revelan la grandeza humana de este  hombre: “este es un verdadero israelita, un hombre sin doblez”; su manera de mostrarse ante los hombres era consistente con su manera de mostrarse ante Dios.

Pasar por la autenticidad para llegar  a la santidad implica forjar en nosotros una  vida de integridad, es decir ser correlativos entre lo que pensamos, sentimos y hacemos.

 La integridad es la  base fundamental de toda madurez humana y espiritual, la  cual nos conlleva a ser:
·    Congruentes, es decir la armonía entre lo que pensamos y lo que hacemos.
·     Consistentes, es decir a armonía entre lo que pensamos y sentimos.
·     Coherente:  la armonía entre los que sentimos y hacemos.
La coherencia y la consistencia se dan en nuestras relaciones interpersonales y nuestra relación con Dios, y   reflejadas  en:
·     Nuestra vida pública, la manera como nos mostramos y comportamos ante los demás.
·   Nuestra vida privada, la forma como nos comportamos cuando estamos solos.
·      Nuestra vida interior, lo que hay en nuestro interior, nuestras emociones, sentimientos, principios valores.

Tomando una anécdota de la vida real para aplicar la integridad, cuentan que alguna vez una mujer tenía un hijo que sufría de diabetes pero le gustaba comer mucha  azúcar, y  desesperada la mujer acudió a  Gandhi para pedirle ayuda. Ante su  solicitud éste le  dijo que regresara en una semana. Pasado el tiempo la mujer volvió llena de expectativas, al  verla nuevamente y a su hijo, Gandhi se acercó al niño y le dijo: “no comas azúcar” la  mujer decepcionada porque esperaba algo diferente, le  preguntó y para eso nos  ha hecho venir nuevamente cuando se lo pudo haber dicho el mismo día? Y Gandhi le  respondió: “señora lo que pasa es  que hace ocho días, yo también comía  azúcar”.

Aplicar la integridad en la vida de fe es dar testimonio de lo que creemos, aplicar nuestra dimensión apostólica sin miedo y vivir de acuerdo a nuestros principio cristianos.
  
3.    Nuestra experiencia de fe es un medio para que otros conozcan y se acerquen a Dios.

En el texto  vemos como Felipe al encontrar  a Jesús; se lo comunica a Natanael,  que pertenecía al grupo de israelitas, fieles a los Profetas y a la Ley, y que esperaban el cumplimiento de las promesas; para que este se acerque y también lo conozca.

Tal ejemplo es una muestra de cómo también notros estamos llamados a compartir con los demás nuestra experiencia de encuentro con Dios, y a la vez  descubrir cómo nos podemos acercar y conocer a Jesucristo por medio de la experiencia de fe de otras personas.






miércoles, 21 de agosto de 2013

Reflexionando desde la poesía. Ítaca

La dicha no está solo en llegar, sino en disfrutar del viaje.
(Jorge E. Dorado)

El periplo de la vida.

La obsesión  por obtener los resultados esperados conduce a la desdicha de no disfrutar  las riquezas del camino que tenemos que  recorrer para alcanzar los objetivos que nos hemos propuesto.

Ciertamente que alcanzar  los objetivos es importante, de hecho es  fuerza de motivación que nos anima en el día a día, no obstante la satisfacción de haber alcanzados los objetivos es como  la punta del iceberg de todo el proceso, ya que  esta experiencia de haber llegado,  se encuentra  relacionada con  la pasión y gratificación que nos brinda el viaje, recorrer el camino,  el cual está cargado de grandes experiencias, momentos significativos, personas y situaciones que con el día a día van haciendo realidad lo que un día solo era un sueño.

Disfrutar del viaje es experimentar la pasión que brota de  cada santiamén de la vida, es vivir el presente, el aquí y el ahora con la mirada puesta hacia la meta, es saber que no hay camino, sino que se hace camino al andar como lo expresa el cantante español  Juan Manuel Serrat, disfrutar el viaje es poder mirar atrás y sentir  gratificación de lo vivido, es como dice el filósofo existencialista Kierkegaard saber que la vida  solo puede ser comprendida hacia atrás pero únicamente puede ser vivida hacia adelante, disfrutar el camino es comprender el pasado, abrazar el presente y mirar el futuro con esperanza.

En esta ocasión traigo a relucir un escrito del poeta griego del siglo XX, Constantino Cavafi, quien a través de la poesía que lleva por título ÍTACA, nombre de una de  la isla Jónicas, revela su inclinación por reflexionar sobre la historia y el recuerdo,  dos temas que le son recurrentes en sus escritos orientados a la rememoración del pasado. En esta poesía el escritor habla del viaje de Ulises a ÍTACA como una metáfora del periplo de la vida.

ÍTACA
Cuando te encuentres de camino a Ítaca,
desea que sea largo el camino,
lleno de aventuras, lleno de conocimientos. 

A los
Lestrigones y a los Cíclopes,
al enojado Poseidón no temas,
tales en tu camino nunca encontrarás,
si mantienes tu pensamiento elevado
, y selecta
emoción tu espíritu y tu cuerpo tienta. 

A los Lestrigones y a los Cíclopes,
al fiero Poseidón no encontrarás,
si no los llevas dentro de tu alma,
si tu alma no los coloca ante ti.


Desea que sea largo el camino.
Que sean muchas las mañanas estivales
en que con qué alegría, con qué gozo
arribes a puertos nunca antes vistos,
deténte en los emporios fenicios,
y adquiere mercancías preciosas,
nácares y corales, ámbar y ébano,
perfumes sensuales de todo tipo,
cuántos más 
perfumes sensuales puedas,
ve a ciudades de Egipto, a muchas,
aprende y aprende de los instruidos.


Ten siempre en tu mente a Ítaca.
La llegada allí es tu destino.
Pero no apresures tu viaje en absoluto.
Mejor que dure muchos años,
y ya anciano recales en la isla,
rico con cuanto ganaste en el camino,
sin esperar que te dé riquezas Ítaca.


Ítaca te dio el bello viaje.
Sin ella no habrías emprendido el camino.
Pero no tiene más que darte.


Y si pobre la encuentras, Ítaca no te engañó.
Así sabio como te hiciste, con tanta experiencia,
comprenderás ya qué significan las Ítacas.





lunes, 19 de agosto de 2013

Formación y desarrollo. Tercer hábito: PONER PRIMERO LO PRIMERO.

“ Lo que es importante para otro, debe ser para ustedes tan  importante como lo sea ese otro”. 
(Stiphen Covey)

Tercer habito. PONER PRIMERO LO PRIMERO

Quizás en alguna ocasión  ha finalizado el día, la semana, el mes o el año, y al pasar ese tiempo siente en su interior la insatisfacción de ver que hizo tantas cosas y que se ocupó tanto,  pero que  en el fondo no hizo nada significativo que contribuyera valor a  su vida; lo cual le conlleva  a la frustración personal  y a  la baja  motivación en el trabajo,  la vida familiar, social  y  personal.   

Para  afrontar tal situación que  resta tanta energía interior, a raíz  de una mala gestión emocional del tiempo, entra en juego la importancia de aplicar permanentemente en la vida  el tercer habito   propuesto por  Stephen Covey el cual consiste en  poner primero lo primero.

Hay que considerar que para poner primero lo primero, es necesario estar focalizado; es decir,  haber establecido o identificado un centro equilibrado de principios que determinen las relaciones con los demás e  integre la dimensiones dela vida (la familia, el trabajo, la amistad, la fe), este centro permitirá definir lo qué se quiere alcanzar, definir una visión y unos objetivos claros, de manera que  todo lo que  se hace está  alineado con los objetivos y dicho centro.

Instalar este hábito va más  allá de aplicar técnicas de administración del tiempo con  horarios, agendas o cronogramas, las cuales corresponden al paradigma de la eficiencia y el control  del tiempo, es decir hacer más cosas en menor tiempo, que termina  llenando la vida de fatigas y  cosificando a las personas. Poner primero lo primero es dar importancia a las personas por encima del tiempo, fundamentado en la filosofía  que da prioridad a  las relaciones sobre los horarios.

¿Cómo hacer entonces para actuar sin caer en la  rutina, fatiga  y cúmulo de compromisos apremiantes que en el fondo solo dejan cansancio e insatisfacción?
Para salir  de ese torbellino es necesario en primera instancia tomar consciencia de la  diferencia que existe entre lo importante  y lo urgente. Lo importante es aquello que proviene de dentro, es decir del centro de los principios que  se han definido, de la misión  y visión.  Lo urgente  es aquello que proviene de afuera, de la presión del entorno y de lo social, de lo que los demás te imponen.

Para aplicarlo de manera práctica viene a ser muy provechosa la  utilización de una matriz de administración del tiempo fundamentada en cuatro cuadrantes que deben regir permanentemente el actuar de cada persona. La clave está e identificar en qué cuadrante está aquello que se programa o se va a realizar.

1
Importante
Urgente

2
Importante
No urgente
3
No importante
Urgente

4
No importante
No urgente
                                                Gráfica: cuatro cuadrantes

Poner primero lo primer es priorizar que implica desarrollar una actitud proactiva y de liderazgo, para ello hay que situar el cuadrante dos como rector de la vida,  programar y poner siempre lo importante como primero, no dejar que las cosas importantes estén a merced de las urgentes, es no dejarse acumular y gobernar  por pequeñeces que surgen al instante. Hay que afrontar el cuadrante tres donde están las cosas del día a día que distraen, agobian y ocupan el tiempo, de igual manera desechar las del cuatro que no tienen sentido pues ni son importantes ni son urgentes, en cuanto a las del uno, hay que mantenerlas ya que su carácter de importancia las hace irremplazables y no desplazables es decir si surge algo urgente y tiene carácter de importante se le da prioridad. La pregunta clave al aplicar estos cuatro cuadrantes es ¿esto es urgente o es importante?

Una manera práctica de hacer una programación basada en las relaciones se debe fundamentar en estos seis pasos:

1. Conectarse a  la misión, es  tener claro cuál es el centro que permite identificar lo importante.  

2. Identificar los diversos papeles que se desempeñan en la vida,  es decir en las relaciones, como por ejemplo: el papel que se juega como miembro de una familia (padre, esposo(a),  el papel en el trabajo (director, administrador), papel social como miembro de la comunidad (vecino, ciudadano). Es importante ubicarlas por orden de importancia.

3. Definir las metas que demanda cada papel que se desempeña. Qué se busca alcanzar en cada papel.

4. Organizarse semanalmente,  esta será la mínima unidad de tiempo sobre la cual se programa, ya  que la programación diaria corresponde a lo urgente, aquí se coloca lo importante y lo demás vendrá después.

5. Aplicar la integridad es decir garantizar que lo que  se haga siempre este alineado con la misión, con los papeles y sus metas; además se debe equilibrar la programación teniendo presente todos  los papeles y las metas que demandan.

6. Evaluar permanentemente, es revisar permanentemente  cómo va, si se está aplicando la integridad, se revisan las metas de cada papel.