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La vida es un caminar...
y cada día que pasa un avanzar.

miércoles, 30 de julio de 2014

Formación y desarrollo: ÉXITO Y FRACASO EN EL TRABAJO

No he  fracasado, he  encontrado 10.000 soluciones  que no funcionan.
(Tomás Alva Edinson)


Éxito   y fracaso en el trabajo.

La  vida  está llena  de  constantes  resultados  de éxito  y  fracaso,  son experiencias  que  aparecen en la vida  como dos  caras  de una misma  moneda. En  algunas  ocasiones podemos  sentir  la complacencia  de  haber  alcanzado  nuestros  objetivos; como en otras  ocasiones podemos  experimentar la sensación de  frustración o  tristeza  de no haberlo podido  lograr; en tal sentido, en  la  vida laboral nos  sucede lo mismo, podemos  ver el éxito de  nuestro trabajo  como también podemos experimentar  la  amargura  de no alcanzar  los objetivos. Éxito  y fracaso son situaciones de la  vida que todos  llegamos  a  experimentar pero que necesitamos   gestionar adecuadamente.

A veces pensamos  que  todo en nuestra  vida tiene  que ser  éxito, nos obsesionamos  por  vivir permanentemente en él y  cuando llega  el fracaso lo rechazamos y  pensamos  que  es absolutamente negativo. Tan importante  es saber  manejar  el éxito como  saber  manejar  el fracaso, tan importante es  experimentar  el  uno como  experimentar el otro ya que  cada  una  de  estas  experiencias  nos  ayudan  a  formar nuestro  carácter  aportando algo a nuestra madurez  humana  y profesional.

Gestionar  el éxito en  nuestro trabajo implica  tener  la  humildad  para no sentirnos  superiores a  los demás cuando las cosas  salen bien en nuestros  logros individuales, comprendiendo que nuestras capacidades son un don que necesitamos saber explotar; es  saber  reconocer  el esfuerzo y el aporte  de  otros en la  consecución de  los  objetivos comunes;  es tener la  madurez de vivir  el éxito sabiendo  que  todo es un ciclo y no nos podemos quedar complacidos con  lo que ya  hemos  logrado puesto que  la  vida  laboral  es dinámica  y nos  plantea  retos  permanentemente, cuando el éxito llega  es cuando el  trabajo nos  exige  más  ya  que necesitamos sostenernos y avanzar  en la  cúspide  de  nuestros  logros.

Por  otra parte, cuando llega  el fracaso también hay  que  gestionarlo. Primero que  todo es importante reconocerlo, sin negar la  desventura, no hay porque  esconder o  negar  nuestros  fallos,  hay que  sentir  y  pasar el duelo de  no  alcanzar nuestras  expectativas, lo que  implica  un alto grado de  madurez y  de humildad  para  reconocer las equivocaciones y el no cumplimiento de nuestras expectativas;  hay  que  asumir  la  responsabilidad en su justa  medida sin negar nuestra parte culpando a  otros  de nuestras  fallas, pero  tampoco  victimizándonos  y cargándonos  toda  la  responsabilidad juzgándonos desmedidamente  hasta hundirnos.

Cuando el fracaso llega las  cosas  ya están dadas y frente  a  ellas no podemos hacer nada, por  ello hay que asumirlas  como  son para   tomar  medidas  correctivas y  sacar  aprendizajes de lo que  ha  sucedido, si cambiamos  la mirada  fatalista por una mirada de superación podremos ver que  del  fracaso  se  aprende, se crece  y se  madura  personal y profesionalmente en la medida  que  sabemos  superar  las  desventuras y salir  adelante.

En relación  con nuestro desarrollo profesional, cada  experiencia  de  éxito y  fracaso en nuestra  vida laboral,  es  como un ladrillo que vamos poniendo en la  construcción de nuestro  currículum  vitae  donde  el  verdadero  valor  está en los aprendizajes que  cada uno de nosotros  logremos  sacar, con lo cual respondemos a una  pregunta  clave de  cualquier entrevista  de  trabajo: ¿Cuáles han sido sus principales  logros y fracasos?  Pregunta que tiene  como  fin,  no  solo que contemos que tan exitosos o fracasados  hemos  sido; sino,  lo que  hemos aprendido de  las   experiencias más  relevantes  de nuestra  vida.