La
fe auténtica, aunque insignificante a
los ojos del mundo, es capaz de hacer
que la tiranía más despótica se hunda definitivamente a sí misma, porque, debido
a su fuerza interior de vida la fe la erradica, es decir, elimina sus
fundamentos/raíces ideológicos.
(P. Adalberto Sierra)
LA FE NO SE MIDE POR CANTIDAD
Nos
orienta en esta ocasión el Evangelio a reflexionar sobre el tema
de la fe entendida como la fuerza y dinamismo del
actuar cristiano en la transformación de la
sociedad a partir de la respuesta
y adhesión a la persona a Jesucristo; en
tal sentido la fe va más allá de lo
cuantitativo, de lo exterior y del mero
cumplimiento del deber.
PARA TENER PRESENTE:
1.
La petición de los apóstoles. Manifiesta
que ellos ya tienen la fe pero piden a Jesús que se las aumenta, su petición no
es que
les de fe, sino que se las aumente para poder
responder a las exigencias que les ha planteado: no dar escándalos
y perdonar al hermano setenta veces
siete( los versos precedentes 1-4); no
obstante, la respuesta de Jesús conduce
a comprender que esa tarea les corresponde a ellos ya que implica adhesión a él, disposición y dinamismo para que esa fe pueda surgir sus efectos.
2. El
símil de la fe con el granito de mostaza. Revela esta parte que
la fe no es cuestión de tamaño sino de efectividad,
no está refiriéndose Jesús al tamaño del granito de mostaza, sino
al dinamismo y efecto que surge de una semilla que siendo muy pequeña se convierte en un árbol. En este sentido
la expresión está relacionada con Lc. 13, 19, el reino de
los cielos se parece “ a una semilla de mostaza que un hombre toma y siembra en su
huerto; crece, se hace un arbusto y las
aves anidan en sus ramas”. Y cuestiona no el tamaño de la fe de los discípulos sino su dinamismo, su
adhesión a él, que puede arrancar de una sociedad injusta su
más enraizadas ideologías(morera,
higuera que no da frutos) y plantarlas en el mar, haciendo referencia a la
manera como los egipcios murieron en el mar, es
decir que sembrarla en el mar es exterminar y hundir el mal.
(comentarios P. Adalberto Sierra)
3. La
relación del siervo con el amo. Expresa
la
concepción que tienen de la relación de Dios con el hombre, en la que lo
perciben como un amo y al hombre como un siervo subordinado; idea que parte de la manera como lo hacen en
la sociedad en que ellos viven. Es decir,
una sociedad desconsiderada y tirana que
no tiene presente a la persona sino el
cumplimiento de la norma establecida, los siervos están para servir a sus amos y en servirles está todo su actuar;
en ese sentido la persona está para cumplir la ley de Dios y con eso es suficiente para obtener la justificación.
Jesús trabaja por cambiar esa visión de
la relación del hombre con Dios, ya que con
su discurso y su actuar, le da
más importancia a la persona que a la ley.
De igual manera previene a los apóstoles
de caer en la idea de que ellos están ante
Dios en una relación de tipo comercial, que por el cumplimiento de la ley ya tienen derecho a la
salvación, luego entonces su manera de
servir ha de ser siempre sin esperar nada a cambio.
ENSEÑANZAS.
1. Una concepción clara de la fe nos debe llevar a comprender que esta no es solo un don de Dios; sino, respuesta y
adhesión a la persona
de Jesús.
2. Si ponemos en acción el dinamismo interior de nuestra fe, Dios arranca
por nuestra medio toda ideología y creencia que conduce a la construcción de
una sociedad injusta, a pesar de que muchas veces seamos vistos de manera insignificante, como un
granito de mostaza. Dios es el que
hace la obra y el efecto a
su tiempo.
3. Los
cristianos empezaremos a
contribuir más en la transformación de nuestra sociedad y construcción del reino de Dios cuando dejemos de mirar la fe
de manera cuantitativa para verla de forma efectiva; es decir, dejar de conformarnos por el número de
actos que realizamos y esforzarnos más por el efecto y dinamismo de
nuestro acontecer como hombre y mujeres de Dios en medio de la sociedad.
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