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y cada día que pasa un avanzar.

miércoles, 30 de octubre de 2013

Formación y desarrollo: CUATRO CLAVES PARA GESTIONAR EFECTIVAMENTE UNA REUNÍON



Tan importante es para una organización  realizar una buena reunión, como no realizarla cuando es innecesaria.   

Cuatro  claves para  gestionar efectivamente  una  reunión. 



Ciertamente que dentro del sistema  de comunicación de una  organización existen muchos  canales  que  permiten a sus miembros  estar interrelacionados de manera  armónica, compartir información, saber lo que pasa en la organización, coordinar actividades, revisar el  avance  de las mismas, entre  otros  aportes significativos que  dichos canales pueden suscitar para el buen funcionamiento de  los  procesos organizacionales. Es  de destacar entre dichos  canales, el aporte que juegan  las  reuniones en la empresa como  procedimiento esencial de  trabajo utilizado por  los  diferentes grupos con el fin de posibilitar el  intercambio de  ideas, pensamientos , actitudes o sentimientos entre  sus componentes. 

Es probable que alguna  vez  haya asistido a una  reunión  en la que sintió que malgastó inútilmente su   tiempo. La reflexión le conduce a pensar que  habría sido más  significativo haber  pasado ese rato  con sus  compañeros  de  equipo en  la  cafetería, así fuera hablando trivialidades; que haber  asistido a  dicha reunión carente  de  sentido, orden y  objetivos.  Este  tipo de  situaciones, conducen con frecuencia a que las personas en la  organización no crean en los  sistemas de trabajo cooperativo, generando grandes dificultades para  fomentarlo, debido a la  duda que tienen sobre su eficacia, tras su erróneo planteamiento y mala puesta en práctica. 

En tal sentido; juega un papel importante comprender, que  es tan importante realizar una  buena reunión; como, optar por no realizar reuniones insignificantes  que  conlleven a la pérdida  de  tiempo y  atraso en las tareas u objetivos de quienes  tiene que asistir a  dicha  reunión. 

Para  evitar  tales  situaciones, es necesario  tener presente los siguientes  aspectos a   la  hora  de  gestionar  una  reunión, los  cuales se constituyen  en  puntos fundamentales para realizar  una reunión  efectiva, aspectos que  han de tener presente de manera  especial quienes tienen la  tarea de  dirigir  equipos o personal. 

1.    Identificar  los  elementos  de una  reunión. Es fundamental tener presente antes de  convocar y desarrollar una  reunión una serie  de  condiciones que  podrían afectar los objetivos de la  misma, tales como el factor humano, la disposición para  la realización y sobre  todo la necesidad  de la misma.

·       Elementos previos. En este  aspecto es clave verificar la necesidad  de la  reunión, y de igual manera constatar  si no  existen otros medios o alternativas que  cumplan el objetivo de  la misma ya que si se evita se  reducen costes, tiempo, y sobre todo  se evitan las interrupciones en las tareas.  

Entre  los  elementos que se han de  tener  presente hay que  destacar: tener un objetivo claro, fijar el  orden del día, preparar la reunión;  tanto los que la dirigen, como los convocados, lo que implica  difundir con antelación la información pertinente; garantizar  la  asistencia de  los  participantes  claves, limitar  la  duración estableciendo  un tiempo, convocar  los participantes que en realidad  sean necesarios e informarles  sobre  su papel en la reunión.

·         Elementos personales. Este punto  corresponde  a identificar y diferenciar quién dirige  la reunión y  quiénes  son los  participantes. Cada uno  tiene sus  funciones y deben estar  claramente  identificadas.

Para  provecho de  quien dirige la reunión es  de  gran aporte identificar en los participantes: el líder, personalidad  fuerte del grupo; el moderador que procura calmar las tensiones, el experto quien trasmite información precisa de aspectos determinados, el clarificador es la persona que pide  explicaciones y precisa términos; el acelerador es quien sufre cuando el grupo se  desvía del objetivo; el alentador se caracteriza por encontrar las palabras  justas para reconocer la participación de los  demás, el líder institucional, persona de más  autoridad en la reunión; el crítico es la persona que censura todo lo que se  dice y el jovial que busca  hacer  reír y encontrar  el lado humorístico a  todo.

·         Distribución y lugar  de la  reunión.  Este elemento conduce a  identificar la distribución de las personas en la  reunión y tener presente  la  elección de un lugar adecuado para  la  misma. Entre las  distribuciones se  resaltan la  disposición en U,  en aula, espiga o V, mesa  central, anfiteatro y auditorio o escenario.

2.    Identificar y diferenciar  los diversos tipos  de  reuniones. Este aspecto es  de importancia para el proceso  previo a  la  reunión ya  que permite  identificar  hacia dónde  se  dirige  la  reunión, qué  clase  de  reunión  es y así poder prepararla.
Entre  los  tipos  de reuniones encontramos:
·        La  reunión informativa: la(s) persona(s) que  dirige(n) la  reunión transmite(n)  una  información necesaria  o conveniente a los  participantes y  luego hace  claridades ante las  dudas. Aquí no hay lugar a discusiones  sobre  la información presentada, para eso  es conveniente asignar límite  de  tiempo a  la  rueda  de  consultas.
·  Consultivo –deliberativas. Se  busca  estudiar o analizar propuestas o soluciones  a temas y problemas  que pueden  tener planteado un equipo de  trabajo. En estas  reuniones no se  toman  decisiones, bien porque no es función del grupo de  trabajo, solo se  requiere  de  sus  propuestas a las  personas responsables de la reunión  o  ya  sea  porque la  decisión será  tarea  de una  reunión posterior cuando haya mayor  consenso y claridad.
·        Formativa. Busca  crear  opinión y  formar  a los  miembros  del grupo sobre  temas en que necesiten información y  forjar un criterio.
·       Decisorias. Tiene  como objetivo tomar una decisión conjunta acerca  de  un tema determinado.

3.    Desarrollar  las  fases de una  reunión.  La  clave  de una  reunión efectiva  está  en su preparación, para  ello hay que tener  presente las  siguientes  fases.

·         Fase de análisis  y estudio  de la  necesidad.  Como se  expuso anteriormente, quien prepara una  reunión debe  plantearse  la real necesidad  de realizarla, la  cual puede  ser  en dos  sentidos: teórica, es  decir para  comunicar, pedir una opinión o consulta, y tomar  decisiones; la  segunda necesidad puede ser de  interrelación o comunicación en la  cual se  busca  fomentar buenas  relaciones interpersonales, fomentar buen clima  laboral o  potenciar las  relaciones entre los miembros  del  equipo de trabajo. 

·         Fase  de  preparación.  Preparar implica  definir los objetivos, elegir los  participantes, planificar  el  desarrollo de la  reunión(orden del día), organizar el material de la reunión, aquí es importante un recordatorio de la  reunión por escrito, recopilar  los  documentos que se utilizarán, adecuar la  sala y detalles de logística; finalmente  analizar  los problemas  previsibles. 

·         Inicio de la  reunión.  Hay  que  destacar la importancia  de iniciar  con puntualidad, hacer una breve presentación personal, clarificar  el orden del día, priorizar  el tratamiento de los  puntos del orden del  día, precisar  el objetivo. Siempre se  requiere al inicio de toda  reunión, leer el acta de la reunión anterior y revisar  los acuerdos.

·         Desarrollo de la  reunión. Es  fundamental que  el  responsable  de  dirigir la  reunión ejecute  la  agenda, pero  de igual importancia es  que  exprese seguridad y dominio del grupo, maneje gestos y posturas  adecuadas. Que  aplique  técnicas de participación por parte  de los participantes mediante la reformulación de preguntas y la reestimulación con preguntas, la invitación directa  a participar, hacer preguntas  eco y  preguntas  rebotes, entre  otras. 

·         Fin de la  reunión. Es  fundamental terminar  la  reunión con una  conclusión en la  que se  realice una síntesis que sea  breve, concisa, con una  estructura que defina los puntos principales, secundarios y conclusión, debe ser  fiel y neutral.

Además  quien dirige  al reunión debe  asegurarse que  al  final se  fijen los  acuerdos y decisiones, las  actividades  que  harán posible la  puesta en marcha de los acuerdos y designar  responsables del seguimiento y ejecución de  cada acción.

·         Seguimiento de los  acuerdos. La  reunión tiene  su trascendencia  en  el cumplimento de  los  acuerdos, los cuales  reflejan la  efectividad  de la  misma; por ende es importante  hacerle seguimiento a  dichos  acuerdos, donde  juega un papel importante el  acta de  la  reunión y  su  lectura en  la  siguiente  reunión.

4.    Evitar en una  reunión.  
·         Imponer la  agenda por  encima  de todo, eso es  reducir la participación de los  asistentes, lo cual  puede  generar perdida  de interés.
·         Demorar  el  comienzo dela reunión o ser  el último en llegar.
·         Permitir  que alguien hable  demasiado generando monólogos que  hacen pesada  la reunión y merman el interés de los  demás.
·         Permitir  que  alguien avasalle a  otro, estos  actos  desacreditan al  autoridad  del  director  de la  reunión y coarta  la participación de lo  demás.
·         Reñir  a algún participante, es  recomendable  utilizar otros medios para llamar  la atención u  otro momento donde  no genere lesiones  a la autoestima de la persona.
·         Trivializar o  bromear con temas que  son de vital importancia  para  los  participantes o que requieren mayor  seriedad.
·         Extender la  reunión demasiado o pasarse  del tiempo establecido.
·         Permitir  que la reunión termine  sin haber  realizado  la conclusión.

sábado, 26 de octubre de 2013

Píldoras del evangelio. UNA ORACIÓN CON HUMILDAD ES UNA ORACIÓN LIBERADORA.



No  necesitamos que nos ataquen, sino que nos  ayuden. El  perdón forja un contexto nuevo, dentro del cual es más  fácil que podamos cambiar.
(Marianne Williamson)

(Lucas 18, 9-14)



Una oración con humildad es una  oración liberadora. 

El pasaje  bíblico  de la parábola que  nos propone el evangelista san Lucas pone  de  manifiesto el tema  de la  oración, de manera  específica  en  el  parangón de  dos  modos  de  orar que se fundamentan en dos  actitudes  diferentes. Cada actitud en la  oración suscita ante  Dios  una  reacción distinta y surge ante  el orante un efecto diferente.

En el contexto del pasaje, de manera  específica  Jesús  hace  una  crítica  a  la  actitud  de los  fariseos que se  consideran justificados  por  su  cumplimiento de  la  ley y  se consideran con el derecho de menos preciar  a los  demás. 

“ Esta  nueva  parábola  va  dirigida a  algunos  que se  sentían por  justos  y despreciaban a  los  demás: Quienes  se  creían   buenos y  justos  lo hacían a partir  de una  serie  de normas y preceptos  que cumplían a  cabalidad, y  desde aquí se  sentían con todo  el derecho de presentar en su oración una especie de cuenta de  cobro por las  cosas  buenas que  hacían. ( La Biblia de nuestro  pueblo Luis  Alonso Schöquel)

PARA  TENER PRESENTE.

La  oración. Los dos hombre suben  al  templo,  lugar  del culto, de la oración y  encuentro con Dios;  no obstante,  para  cada uno la oración es una experiencia  con un sentido diferente. Para  el  fariseo la  oración es  el  medio  de  exaltar  su  ego, sentir su  superioridad ente  los  demás y sacarle cuentas  a  Dios  por su cumplimiento de la  ley, no hay petición  debido a su autosuficiencia, no necesita de él. Al  final termina siendo una experiencia de  distanciamiento de Dios. 

Por  otro lado la  oración es para  el  recaudador (pecador) la  experiencia  para buscar una  oportunidad  de reconciliación con Dios, es  una  experiencia  de  resarcir  su  vida mediante el arrepentimiento de aquello que  reconoce que  ha  hecho mal. Su oración manifiesta necesidad  del favor y  la compasión de Dios, no como merito sino como don gratuito. En fin la  oración es  experiencia  salvadora y justificadora. 

Las posturas de  los dos hombres.  Ambos  estaban frente a Dios, es  decir  estaban en igualdad de  condición por  su  vida  de  pecado, ante Dios los  dos son iguales como personas, y como pecadores que  buscan a  Dios; Jesús  expresa que él no hace  distinciones ni discriminaciones, la  diferencia no  la  marca  Dios sino  la  manera en que cada uno se  sitúa ante  él. 

Las  posturas corporales  reflejan las  actitudes  de los  dos personajes  del parangón que  Jesús  está estableciendo especialmente para resaltar la actitud del hombre  arrogante que  representa  a  los  fariseos a  quienes  Jesús  está cuestionando. A su vez  lo que  Jesús busca  es prevenir a  sus discípulos  de llegar  a  caer  en tal actitud. 

 El fariseo estaba cerca; es  decir,   se  sentía  confiado, estaba  erguido en su soberbia por la  seguridad  de  sus obras de  cumplir  la  ley (ayunaba, no  era adultero y pagaba el diezmo).  “Su seguridad no deriva de su fidelidad a la  relación con Dios, de  su alianza de  amor  con él, sino que surge de sus propias  <obras> de  piedad, las  cuales, según ellos expresan su sumisión a  la  ley”.(P. Adalberto Sierra); además esa seguridad es  posición de  superioridad  que  le da  autoridad para  despreciar  a los  demás. 

El publicano a su  vez se  sitúa en el último  lugar, se  queda  atrás, y  su  rostro está  inclinado al suelo al  no sentirse capaz  de  levantar los ojos  al cielo, es  decir  a  Dios.  Su posición denota un acto de  arrepentimiento, humildad y humillación. Es una  actitud que expresa  reconocimiento de las  faltas cometidas, no niega  sus delitos y  manifiesta  su arrepentimiento golpeándose el pecho.

Quien se encumbra será humillado, quien se humilla será encumbrado. Jesús recapitula estos dos tipos de oración y sus respectivas consecuencias en dos oposiciones: «encumbrar–abajar» y «abajar–encumbrar». La primera (encumbrar–abajar), expresa la acti-tud del fariseo al orar y la consecuencia de su oración. La segunda (abajar–encumbrar), la actitud del recaudador y su correspondiente consecuencia.
 
Dios instituyó y reclama la igualdad de todos los seres humanos (cf. Lc 3,5); la humillación que él provoca es, entonces, la igualdad de todos los hombres, que exige renunciar al afán de privilegios y de singularizarse por encima de los demás seres humanos. Ese abajamiento deberá mostrarle al fariseo el verdadero camino del encuentro con Dios (cf. Lc 3,4). (P. Adalberto Sierra)

ENSEÑANZAS.

1.    El sentido de la  oración no  está en tratar de justificarnos  ante  Dios por nuestros  propios  méritos, sino en dejarnos  justificar  por  el amor  de  Dios ante nuestras limitaciones y  carencias. La oración es experiencia de la  bondad de Dios. 

2.    Así como  una obra  negativa  en nuestra  vida  puede  ser  superada y transformada por una actitud de humildad y  arrepentimiento de nuestra parte; de igual manera, una  buena acción en nuestra vida puede  perder  todo su valor y ser  desvirtuada por  una  actitud  arrogante, utilitarista  o de mero cumplimiento legalista.  

3.    La generosidad, compresión y compasión que negamos a  los  demás, ante  sus  limitaciones  y errores, es la generosidad, comprensión y compasión que  nos   negamos  a nosotros mismos, ya  que  ante  Dios todos somos iguales, y en el fondo todos tenemos nuestras penumbras.

4.    Ante Dios somos iguales, por  eso quien se  cree estar por  encima de los demás, amparado en su arrogancia, Dios lo abaja; y  quien al humillarse se siente  por  debajo, Dios  lo levanta, lo reincorpora y lo nivela al punto de  equilibrio en el que todos somos iguales para  él.

5.    Exaltar con arrogancia lo “bueno” de nuestras acciones; y la  tendencia a enfocarnos en las limitaciones  y sombras  de los  demás, suelen ser el camino de huida o  distracción que nos  genera  el temor  de afrontar nuestras  propias sombras y limitaciones.