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La vida es un caminar...
y cada día que pasa un avanzar.

miércoles, 4 de septiembre de 2013

Reflexionando desde la poesía. DESIDERATA



Aún con toda su farsa, penalidades y sueños fallidos, el mundo es todavía hermoso.
Sé cauto, ¡esfuérzate por ser feliz!
(Max Ehrmann)


Felicidad: sencillamente vivir, vivir sencillamente.



Durante  la historia  de la humanidad el hombre ha hecho un esfuerzo por definir al  ser humano;  ha  estudiado  su comportamiento, cuerpo,  emociones, relaciones, trascendencia, alma, espíritu y  pensamiento; concluyendo que  la  persona humana es  una  integridad de  múltiples  dimensiones  con una misión personal por la que ha venido al  mundo; misión en la cual   cada persona tiene la  responsabilidad de gestionarse  así mismo  en la búsqueda de la felicidad mediante  la armonía  y  equilibrio de  cada una  de esas dimensión.

Lograr en nuestro interior el  equilibrio y la  armonía que nos conduce a la felicidad,  requiere   “sencillamente vivir”; no obstante, exige  esfuerzo, conciencia y compromiso para encontrar la clave  de saber  vivir,  lo que implica  “vivir sencillamente” teniendo la astucia para saber  meter en la mochila de nuestro  viaje las  cosas  que auténticamente necesitamos, despojándonos de  todo aquello que ocupa vano lugar y  nos genera  peso e inútil cansancio  en nuestro  caminar. 

Para el  alemán Anselm Grün vivir  sencillamente  es vivir en armonía consigo mismo, como persona libre y auténtica, justamente como corresponde a su  propio ser; lo que presupone no ser esclavo de las apariencias, ni plegarse  a las  exigencias de terceras personas. Significa existir en el aquí y el ahora, sentir de  cerca cada instante  y disfrutar agradecidamente de él.  

Dice además, frente a  una  cultura que en primer  plano pone el tener, la  pasión y el consumo, este  estilo de vida se propone alcanzar otra experiencia fundamental: yo estoy sencillamente aquí, existo en este momento, nada me  apremia, no tengo que demostrar nada a nadie.

Por tanto, saber vivir es emprender el viaje de alcanzar sabiduría, vivir el desapego, experimentar  el amor, vivir en libertad, ser  auténticos, tener buenas relaciones  con los demás, tener  fe  y esperanza en Dios. ¡He ahí las  cosas deseadas para alcanzar la felicidad!

Para iluminar un poco esta reflexión sobre cómo vivir y la felicidad, les comparto en esta  ocasión el  popular poema de Max Ehrmann, que por muchos  años (desde el 1948, fecha de su publicación) ha  sido motivo de inspiración sobre la búsqueda de la felicidad; el cual expone de manera muy sencilla las  cosas deseadas, en correlación con el significado de  su  títulos DESIDERATA,  palabra que proviene del  latín.

DESIDERATA

Camina plácido entre el ruido y la prisa y recuerda
qué paz se puede encontrar en el silencio.

En cuanto sea posible y sin rendirte,
mantén buenas relaciones con todas las personas.
Enuncia tu verdad de una manera serena y clara
y escucha a los demás, incluso al torpe e ignorante, también ellos tienen su propia historia.

Esquiva a las personas ruidosas y agresivas,
ya que son un fastidio para el espíritu.
Si te comparas con los demás, te volverás
vano y amargado,
pues siempre habrá personas
más grandes y más pequeñas que tú.

Disfruta de tus éxitos lo mismo que de tus planes.
Mantén el interés en tu propia carrera
por humilde que sea,
ella es un verdadero tesoro
en el fortuito cambiar de los tiempos.

Sé cauto en tus negocios
pues el mundo está lleno de engaños,
mas no dejes que esto te vuelva ciego
para la virtud que existe.
Hay muchas personas que se esfuerzan
por alcanzar nobles ideales.

La vida está llena de heroísmo.
Sé sincero contigo mismo,
en especial no finjas el afecto.
Y no seas cínico en el amor,
pues en medio de todas las arideces y desengaños,
es perenne como la hierba.

Acata dócilmente el consejo de los años
abandonando con donaire las cosas de la juventud.
Cultiva la firmeza del espíritu,
para que te proteja en las adversidades repentinas.
Muchos temores nacen de la fatiga y la soledad.
Sobre una sana disciplina, sé benigno contigo mismo.

Tú eres una criatura del universo.
No menos que las plantas y las estrellas,
tienes derecho a existir.
Y sea que te resulte claro o no,
indudablemente el universo marcha como debiera.

Por eso debes estar en paz con Dios
cualquiera que sea tu idea de El.
Y sean cualesquiera tus trabajos y aspiraciones, conserva la paz con tu alma
en la bulliciosa confusión de la vida.
Aún con toda su farsa, penalidades y sueños fallidos, el mundo es todavía hermoso.

Sé cauto, ¡esfuérzate por ser feliz!

(Escuchar poema).




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