COMPARTIENDO CONOCIMIENTO





La vida es un caminar...
y cada día que pasa un avanzar.

martes, 17 de septiembre de 2013

Reflexionando desde la poesía. FLUIR Y LIBERTAD




Cuando nos apegamos y empecinamos con la meta  final, nos  atamos emocionalemnte  a aquello que se encuentra más  allá de nuestro control, y obsesionados  con ello, nos  impedimos disfrutar de las ocasiones inesperadas que pueden surgir en el camino.   ( Mónica  Esgueva)
 
EN EL FLUIR  DEL  DEVENIR ESTÁ EL VIVIR.




Aferrarnos al impedimento de que la  realidad  acontezca tal como es, apegarnos a los bienes, personas y resultados; obcecarnos  por conseguir lo que no tenemos, no aceptar  las  situaciones  desfavorables  de  la propia historia o vivir anclados en el recuerdo de las experiencias  que marcaron nuestra  vida, agotarnos emocionalmente anticipando el fracaso de lo que aún no ha  acontecido,  obsesionarnos por  cambiar  el pasado; en fin,  vivir en la  tensión de la conciencia en la nada que el filósofo francés Sartre llamó el ser en sí (el hombre en el pasado) y el ser para  ( el hombre en el futuro, la conciencia en constate  proyección),  suelen ser  las principales  causas  que  generan en nosotros la  ausencia de paz interior que llamamos infelicidad. 

Sedados por la quimérica satisfacción que  nos  generan la acumulación de  cosas materiales, estimulados por las pasiones y el ruido exterior, vivimos  en la inconciencia de lo que nos  sucede tratando de engañarnos, de modo que salimos en la  búsqueda  de lo que necesitamos por la  vía equivocada, tratamos de  encontrar fuera  de nosotros lo que solo podemos hallar en nuestro interior. Buscamos el tesoro escondido en el lugar equivocado, guiados por un mapa errado. 

La  felicidad que proviene de un estado interior de tranquilidad y  libertad, se  encuentra  permanentemente truncada por el ego que nos conduce a  vivir anclados  al pasado, llenos de  temor al futuro, apegados a las  cosas, aferrados apersonas e ilusionados por tener el dominio absoluto del  devenir.  

Hasta  que no nos demos la  tarea de  apaciguar  el ruido interior  para descubrir este tsunami que nos bambolea, no podremos empezar una  experiencia liberadora de desapego que nos  quite  la absurda idea  que nos  hace falta  algo o que necesitamos a alguien  para vivir en paz interior, de tal modo que nos pasamos el tiempo como dice Mónica  Esgueva: “ nos pasamos la  vida intentando conseguir  cada vez más objetos y  a la vez inconscientemente buscando personas que puedan llenar nuestros  vacíos, nuestra  eterna insatisfacción. De este modo proyectamos sobre ellos  cualidades y atributos  desmesurados – exagerados  como consecuencia de nuestros sueños,  miedos o deseos – descubriendo con el tiempo que no se ajustan a las  expectativas.
 
Hasta no libar de la  fuente  que  proviene de nuestro propio interior, nada ni nadie podrá calmar la  sed insaciable que nos llena de ansiedad.  Ir  a nuestro interior implica decidirnos  iniciar un proceso de desapego que nos permita amar con libertad, valorar las cosas en su justo equilibrio, comprender la realidad tal como es, renunciar  a tantos deseos insaciables,  entendiendo que muchas  cosas suceden como tienen que  suceder, y que lo único que está en nuestras manos es la respuesta que podamos dar a su acontecer.  En evitar aferrarnos está la clave del desapego  y por ende la emancipación. 

El  intrínguilis de una  paz interior  reside en realizar  la  difícil  tarea de adoptar  el enfoque alternativo del desapego que no es  igual  a la indiferencia, dice al respecto Mónica Esgueva: consiste en disfrutar de lo que se nos presenta  a  cada instante, sin echarlo de menos después.  Vivir  cada momento de la historia a plenitud, valorar y agradecer lo que tenemos, comprender y abrazar  el pasado generosamente, luchar  por alcanzar objetivos  sin aferrarnos  a los  resultados, dejar  que las  cosas fluyan en su propia libertad,  es así como podremos transitar  por  el sendero de la felicidad.

Adentrado en un proceso de discernimiento de  la  vida y comprensión de la realidad desde la  óptica del desapego y la libertad interior, en esta  ocasión quiero compartir con ustedes mi  pensamiento a través  del lenguaje reflexivo de un  poema  de mi propia  autoría titulado fluir  y libertad.


FLUIR Y LIBERTAD

Deja  que el rio  fluya,
no trates inútilmente  de detener  su cauce;
descubre el propio cause de  tu interior.

Deja  que los pájaros emprendan  su vuelo,
por  algo Dios les  dio sus alas;
deja que el otoño y el invierno  generen  su efecto,
luego vendrá la primavera;
deja que lo pequeño crezca,
y lo joven se envejezca,
todo lo que  comienza tiene que  acabar.

Deja que  se  vayan  los  que se necesitan marchar
y vuelvan los  que decidieron regresar.

Deja que el reloj marque  su hora,
no te quedes mirando  atrás,
al terminar  su ciclo volverá al mismo lugar,
aunque ya otro tiempo será;
entiende que avanzar  se logra  hacia  adelante
y no caminar es  atrasar.

Luego entonces comprenderás  que todo  fluye, cambia y  se  trasforma;
que nada te pertenece y  eterno es solo Dios,
que  seguro solo tenemos la muerte y
para los  que tienen fe, la  eternidad.

En tomar conciencia de   esto
está  la  clave  de  amar  con  libertad,
llevar una vida  sin apegos
y experimentar  felicidad.

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