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La vida es un caminar...
y cada día que pasa un avanzar.

viernes, 13 de septiembre de 2013

Píldoras del evangelio. UNO ES TAN VALIOSO COMO NOVENTA Y NUEVE



Les digo que, de la misma manera habrá más fiesta en el cielo por un pecador que se arrepienta que por noveintanueve justos que no necesutan arrepentirse. (Lc.15,7)

(Lc. 15, 1-10)

UNO ES TAN VALIOSO COMO NOVENTA Y NUEVE



Nos  sitúa  el pasaje  bíblico de  este  domingo  en  el  contexto de  la Misericordia  de Dios frente  a la actitud de la  persona  que  se  encuentra perdida, Dios  sale  a  su encuentro, le recupera  y luego  comparte la  alegría de  haber rescatado al que estaba perdido.
En su  conjunto (Lc. 15,1-31) el texto representa la  actitud misericordiosa de Dios  mediante tres parábolas, aunque para  este  domingo en la  forma breve (Lc. 15, 1-10) solo  se tomen dos. 

En las  tres  parábolas podemos ver tres tipos  de  tendencia humana al  apartarnos de Dios.

  • Parábola de la oveja: el  que  se pierde y se  deja encontrar, acepta la  ayuda y  retorna a la comunidad.
  • Parábola del Hijo pródigo: el que  se pierde pero se  da cuenta que estaba perdido, toma  conciencia de  su  situación y  retorna a  la  comunidad.
  • Parábola de la moneda: el que se  pierde, no se  da cuenta  de  su  situación, no  toma consciencia de las  consecuencias  de su perdia y sigue incosnciente en su realidad, no descubre  la  ayuda de  quienes lo  buscan.
No obstante, en  cualquiera  de las  situaciones la  actitud de  Dios es la misma, busqueda y acogida  del que está  perdido  y se  represnta en el pastor, la mujer que busca la moneda y el padre que  recibe al hijo.

ASPECTOS PARA  TENER  PRESENTE.

1.    La actitud de  Jesús al sentarse a comer  con los pecadores  es  criticada por  los  fariseos  y escribas quienes consideran que Dios debe rechaza a los que ellos consideran injustos, por  eso murmuran, y el murmuro no es  solo un gesto, sino una actitud  de  rechazo a  la  acción de  Jesús. En el fondo vemos una  contraposición entre el criterio del mundo representado en la mentalidad  de los  fariseos  y escribas,  y el criterio de justicia  de Dios.
2.    La  comparación en la cantidad  de noventa ovejas,  sobre  una  perdida y nueve monedas sobre una que se pierde, denota  el  sentido personal  de la  salvación, Dios  se  preocupa de  cada persona, en medio de la  comunidad es importante  cada individuo. Lo manifiesta  el hecho de que deje  a las noventa y nueve ovejas, y a las nueve monedas, y  vaya  por una oveja  o por una moneda.

3.    En las parábolas hay  una dinámica que  revela la  acción misericordiosa de  Dios.  Se parte de alguien que está perdido y se  representa  con la  oveja o  con la moneda, Dios sale  a  su encuentro a  rescatarle, representado con el pastor  o  con la mujer, al encontrarle hay  alegría, por la reconstrucción de la comunidad,  y  comparte  esa  alegría  con otros, los  amigos/as y vecinos, la comunidad.

4.    Con las  parábolas Jesús  quiere  manifestarle  a  las  autoridades  judías, pastores, que él sale  al encuentro de la oveja o de la moneda, porque la  pérdida de los  que ellos consideran injustos  y pecadores, no es  mera  responsabilidad de sí mismos, sino; responsabilidad de los malos dirigentes,  a  ejemplo de Ezequiel que cuestiona  a los  malos  pastores.

5.    Al comparar al pecador con un  dracma, sugiere  que  la  comunidad  debe considerar al pecador  como un valor que está  perdido  y que  deben recuperar. 

6.    Las  acciones  que emprende la  mujer  para  buscar la moneda se entienden así:   
  •  Encender la  lámpara  es una metáfora  para indicar el testimonio público de  acogida  bondadosa y bienhechora, de generosidad  solitaria  y sin límites y de  servicio solícito y permanente, hechos  que demuestran la  escucha  del mensaje. 

  • Barrer  equivale  a depurarse de las ideologías contrarias  al plan de Dios. Barrer la  casa  se trata  de una purificación interna de la misma comunidad. (Comentarios del P. Adalberto Sierra)

ENSEÑANZAS

1.    Emprender acciones  en beneficio de quienes se encuentran perdidos y fracasados por alguna  situación de la vida, implica  afrontar  el murmuro y la  crítica de quienes se  vanaglorian  en su soberbia, egoísmo y orgullo, y por  ende  se creen con la autoridad para criticar y juzgar, afirman: se lo merecen, son pobres por  su culpa, están así por ellos mismo.

2.    Es importante  tener presente el carácter personalizado con el que Dios se  dirige  a   cada uno de nosotros para  rescatarnos, en tal sentido el proceso implica  asumir responsabilidad y tomar conciencia de la perdida,  de forma personal, para dejarse  rescatar. 

3.    Cada  ser  humano es  valioso en sí mismo y lo es  también  para  la  comunidad; por  ende,  es  ahí  donde debemos  centrarnos, en su  zona  de influencia, donde  están sus  cualidades, valores y capacidades. Es su valor el que  nos  debe impulsar a hacer  algo por  ella para  rescatarla  cuando se encuentra  perdida, si nos centramos en los errores y debilidades no encontramos motivos para luchar.  


    
Al  respecto decía Goethe: “Trata a un hombre tal como es, y seguirá siendo lo que es. Trata un hombre como puede y debe ser, y se convertirá en lo que puede y debe ser”.


 4.    Cuando somos dirigente, lideres o gestores, la pérdida de un mimbro de nuestra comunidad (familia, equipo de trabajo, grupo de amigos, sociedad) no es solo su responsabilidad, tenemos que preguntarnos en qué hemos  fallado nosotros para que  estos se nos hayan perdido. Un buen líder no culpabiliza a los demás, sino que asume  responsabilidad de aquellos que le han encargado.

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