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La vida es un caminar...
y cada día que pasa un avanzar.

sábado, 7 de septiembre de 2013

Píldoras del Evangelio. NO BASTA ESTAR HAY QUE SER, SABER Y HACER.

"Tengo miedo a  los cristianos quietos. Terminan  como el agua estancada".
(Papa Francisco)

NO BASTA ESTAR, HAY QUE SER, SABER Y HACER.
(Lc.14, 25-32)



El  pasaje  bíblico expone  de forma  explícita  lo  que implica  ser verdaderamente discípulo  de  Jesús, quien no  se  ilusiona al  ver una gran muchedumbre  detrás de  él, pues el hecho de que estén ahí no es   garantía de una adhesión a su persona y a su proyecto; muestra  de ello lo vemos en la posterior escena de abandono y traición  cuando la multitud gritaba:  “crucifícalo, crucifícalo”. (Lc. 23,21)

El  evangelista  San Lucas, alude a  quienes  transitan por el camino de  Jesús, pero no caminan como discípulos  suyos, lo  cual constituye una  crítica indirecta  a los  discípulos  aparentes,  a los  que están en el grupo cristiano pero no son cristianos de verdad. (P. Adalberto Sierra)

Las  palabras  de Jesús  conducen a reflexionar  sobre dos  aspectos.

LAS EXIGENCIAS DEL DISCIPULADO.


  •   Elegirlo a él. Lo cual conlleva a darle  un lugar  prioritario en la escala de valores de la persona y  por  eso es  antepuesto en la pirámide a las relaciones familiares, las cuales  juegan un papel  esencial, y de influencia en la vida de  todo ser humano; de manera que si esa  influencia o relación conducen al pecado y por ende  a la muerte y rechazo de Dios, el rechazo al pecado debe ser tan fuerte, que conduzca al rechazo de  la  familia  y manifieste la  preferencia  por Jesús, de esa manera es comprendido el odiar como un rechazo al pecado; mas no un rechazo  u odio a la  persona.  Ese rechazo queda bien expresado por la  palabra odiar. (comentario de Aciperensa)
  •  Cargar  con su  cruz.  Aquí se  pone  de manifiesto las  consecuencias  que implican seguirlo a él, no  hace  referencia  a la muerte, sino a los rechazos y las burlas  que tenían que pasar quienes cargaban la  cruz inventada por los persas e institucionalizada por los romanos, con lo cual buscaban hacerla más pesada y humillante; en este  caso, son los  rechazos y humillaciones de una sociedad que desprecia el proyecto de  Jesús. Por  tanto cargar la  cruz es asumir el rechazo y la humillación a causa de Jesús y su proyecto.
  • Renuncia los  bienes. La  renuncia  no es  una satanización ni rechazo a los  bienes materiales, el  rechazo está dirigido al egoísmo y  apego que el discípulo pueda tener a  dichos bienes, lo cual conduce  a la miseria de otros, a la injusticia, división y muerte; por ende, el  rechazo es el desapego y la libertad para poner  todo los bienes a disposición de la propuesta  que tiene Jesús de  construir un sociedad  justa, caritativa y de igualdad. Criterios de  la implementación del reino de Dios que Jesús  propone. Luego entonces, sus discípulos han de  tener la libertad, mediante la renuncia a  sus apegos, para trabajar  por  dicha propuesta.

La única  forma de que el ser humano pueda entender con equilibrio el mayor número posible  de necesidades (personales, corporales, materiales y espirituales) es construyendo con los demás esa nueva sociedad que exige el Reino y eso es labor de cada día. (Comentario de La Biblia de nuestro pueblo)

LA IMPORANCIA DE LA TOMA  DE CONCIENCIA SOBRE LO QUE ES SER DISCÍPULO. 

 El  segundo aspecto que podemos  ver  en el pasaje tiene que  ver  con la  toma  de conciencia de lo que implica  aventurarse  a ser discípulo  de Jesús, pues  de esa  toma  de consciencia, que conduce  a la  responsabilidad, nace la  diferencia entre el  que ¨está en el grupo pero no es  del  grupo y el que verdaderamente es discípulo”, es decir  los  que van en el montón sin asumir responsabilidad con la propuesta de Jesús.

La  toma  de consciencia nace en primer momento de saber qué implica  ser  discípulo, por  eso Jesús expone las  exigencias  de preferirlo a él,  cargar la  cruz y renunciar  a los bienes materiales. De esta manera, sabiendo lo  que exige Jesús, el seguidor hará como en todo proyecto, una  planeación en la  que  mirará cuáles  son los  recursos con los  que cuenta para emprender el seguimiento, pues no basta arrancar con la primera opción por  el Señor y por el  reinado/reino, este  es un proyecto que  hay que  concluir.

Para  dar  a entender la importancia de planear, Jesús  acude a  dos parábolas. La  construcción de una torre y la batalla que emprende un rey.

En ellas  expone que  quien deja  la torre empezada o se rinde ante la batalla,  es el cristiano que emprende la tarea  de seguir a  Jesús para combatir y construir una nueva sociedad que llegue hasta Dios, distinta a la sociedad injusta y pecadora a la  cual desafía tratando de  demostrar que está errada desde sus cimientos y no puede proporcionar la felicidad, pero  luego al no poder responder a las exigencias del discipulado, se  queda  frustrado sin poder terminar su proyecto  siendo burlado por los de  dicha sociedad, o sometido por su oponente, llevándolo a ratificar que dicho proyecto de instaurar el Reino de Dios, es imposible.
No calcular  bien en la  planeación es no saber cuáles son las  exigencias del discipulado y desconocer los recursos con los que se cuenta para emprender la construcción y la batalla. Si la persona pretende hacerlo solo, fundamentado en la arrogancia, el egoísmo e individualismo y  se olvida   que cuanta con la Gracia de Dios y la  fuerza del Espíritu Santo, termina frustrando su proyecto o perdiendo su batalla, al sentirse impotente e incapaz.

ENSEÑANZAS:

1.En el pasaje bíblico encontramos  un cuestionamiento sobre la  calidad de nuestra relación con Dios, lo que nos lleva preguntarnos si estamos en una relación de inconciencia y conveniencia, que  se  soporta  en el interés personal,  la  falta de  responsabilidad y la  apariencia creyendo que basta estar  para ser; o  por  el contrario, nos encontramos en una relación de discipulado  en la  que  asumimos las exigencia de Jesús. 

2. La inconciencia y falta de responsabilidad ante las  exigencias de cristianismo, por parte de  quienes ostentamos  ser discípulos de Jesús, son la  fuerza del argumento de quienes consideran que  ser cristiano es un proyecto frustrado que no tiene sentido para transformar la sociedad y alcanzar  la felicidad. 

3. Es probable  que en muchas ocasiones hayamos  asumido el impulso de construir el  reino de Dios o nos hayamos  llenado del valor  para emprender la  batalla personal de no someternos al poder del pecado; no obstante, nos hemos olvidado de contar  con la  Gracia de Dios y la  fuerza de su Espíritu, terminando en la  frustración de nuestro propósito al sentirnos llenos de incapacidad e impotencia humana.



EN LA  FIESTA DE  LA NATIVIDAD DE LA  VIRGEN MARÍA.

Con el nacimiento de  la Virgen María nace  un ejemplo perfecto de discipulado. Ella asume de manera consciente las  exigencias  del Señor, pone la fe en la  escucha y cumplimiento de la Palabra, antes que la  relación de madre  e hijo, ella carga  con la  cruz de su Hijo, asumiendo las consecuencias de ser la Madre de Mesías  y, se  despoja y  pone  todo lo que  tiene al servicio del Plan Divino en la  construcción de una  nueva sociedad(el Reino de Dios entre los hombres).

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