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y cada día que pasa un avanzar.

lunes, 9 de septiembre de 2013

Formación y desarrollo: SEXTO HÁBITO. LA SINERGIA





" Tomo como guía lo que esperaba un santo: en las cosas esenciales, unidad; en las cosas importantes, diversidad; en todas las cosas, generosidad".
(Mensaje inagural del Presidente George Bush)





SEXTO HÁBITO: LA SINERGIA

Alguna  vez  ha pensado  la posibilidad de que dos y  dos sea  igual  a  seis, siete, nueve o más? Cree que haya una operación matemática para obtener ese resultado? Pues  ese resultado es posible en la mente  de  quienes  tienen pensamiento sinérgico y piensan en clave de tercera alternativa;  quienes se  fundamentan en el paradigma  de la  abundancia y se  esfuerzan por  desarrollar  un  liderazgo transformador y  en equipo. 

Aprovechar lo mío, lo  tuyo, lo nuestros  desde la cooperación creativa, es  la  capacidad que  desarrolla en nosotros, la aplicación del  sexto hábito de la  gente  altamente efectiva, el  cual se  denomina sinergia. (El todo es más que la  suma  de las  partes)

Los  seres humanos  llevamos  la  sinergia por naturaleza, somos  el resultado de una relación sinérgica entre un hombre  y una mujer,  el  cosmos existe y  evoluciona en clave  sinérgica, es  su principio  fundamental. Podemos ver la  sinergia en la naturaleza, nos lo enseñan las  aves que al volar en forma de V, pueden recorrer el doble de la distancia que podrían recorrer por si solas de forma separada; en tal sentido, necesitamos  tomar  conciencia de  ello para  lograr  que toda nuestra  vida la  podamos  comprender desde  esta  perspectiva, superando la mentalidad egoísta, individualista y bipartidista que divide, resta e impide que se dé la  transformación, la construcción y la creatividad.

Ser una  persona  sinérgica es estar  abierto a lo nuevo, renunciar  al  apego  de nuestras  propias  ideas para dejar  que emerja nuevas  cosas a partir de las  diferencias. No es  renunciar a lo mío sintiéndome perdedor, ni es hacer que el otro renuncie  a lo suyo sintiéndome ganador, tampoco es llegar  a un acuerdo con la mitad del otro y la mitad  de lo mío por separados, sinergizar es  construir algo totalmente novedoso y creativo  lleno de  fuerza y motivación  a  partir de todo  lo  mío y todo lo tuyo.

Para  ser  sinérgicos en nuestras relaciones interpersonales primero tenemos que alcanzar la sinergia intrapersonal, que implica pagar el precio de  aplicar  en nosotros los hábitos uno, dos  y tres, los  cuales nos permiten alcanzar la  conciencia, responsabilidad y autonomía que requerimos para ser independientes, de manera que nos podemos sentir listos para  una relación de interdependencia en la que seamos capaces de ir  a  ganar  ganar, capaces de arriesgarnos  a comprender  al  otro antes  de  buscar ser comprendidos.

Quizás  una  gran dificultad  que afrontamos  por nuestra  carencia de sinergia intrapersonal; es encerrarnos en la idea que nos comportamos de tal manera porque somos racionales y lógicos con dominancia  cerebral en el hemisferio izquierdo, o al contario definirnos mera emoción, creatividad y visual con dominancia cerebral en el hemisferio derecho. 

Es un error Situarse en uno de los  extremos y  cerrarse  a  la percepción de la  realidad desde otro punto, sin ser  capaz  de entender que el otro puede ver  la  realidad de un modo diferente y que  solo cuando la veo desde donde la ve el otro y la veo yo, es cuando tengo una mayor  percepción de la misma.

¿Cómo realizar un proceso sinérgico en una  situación de la vida personal, familiar social o laboral? Para ello Stiphens Covey en su obra  La Tercera Alternativa nos  propone cuatro pasos:  
a)    Formular  la  pregunta  de La Tercera Alternativa. Es  decir, hay que  ser  directos y sinceros, abrir  la puerta a  la confianza y  poner  sobre la mesa las intenciones que  cada uno tiene de  sacar  de  esa  situación el mejor provecho.

La pregunta clave es ¿estás  dispuesto a buscar una  solución mejor que la que hemos encontrado cada uno por separado, donde los dos  terminemos ganado?  Formular  esta pregunta requiere saber  que no soy la  fuente objetiva y acertada de  todo el conocimiento, debo  pensar  desde el paradigma del  respeto mutuo y la  diferencia, decirle al otro me doy cuenta que ves las cosas de un modo diferente, quiero hablar contigo.

Es importante dejar  claro que no le  estoy pidiendo al otro que renuncie a  sus posturas  e ideas. Juntos hemos de preguntarnos ¿Y si…? Dando posibilidad a  todo lo que pueda emerger, dejando en suspenso nuestras  posturas iniciales.

b)    Definir  los  criterios de éxito. Es pensar en las ideas posibles, procedentes de tantas personas como sea posible, y tan pronto como sea posible.

Definir los  criterios de éxito implica elaborar  una lista con los criterios que beneficie a  los que están participando en la búsqueda de una alternativa sinérgica, a partir de preguntas  como:

  •   ¿Participa todo el mundo de la elaboración de los  criterios? ¿Estamos escogiendo tantas ideas como nos  es  posible de tantas personas  como sea posible?
  •  ¿Qué resultados deseamos logra realmente? ¿Cuál es la  verdadera  tarea a la  que nos afrentamos?
  • ¿Qué resultados serían una victoria  para  todos?
  •   ¿Estamos mirando más  allá  de nuestras exigencias iniciales con el objetivo de llegar a algo mejor?


c)    Crear terceras alternativas. Es pasar por muchas alternativas posibles, se crean modelos, se cambian soluciones viejas de maneras nuevas y le  damos  la  vuelta  a nuestra manera de pensar, se dejan  fluir  todas las  posibilidades  sin aplicar  juicios  de valor hasta  llegar  al momento emocionante en el que  todos sienten que  se ha conseguido la sinergia. La  clave es la libertad, la creatividad, la innovación dejar  que  fluyan las opciones inesperadas.

En este paso se debe tener presente: sentir que es un juego, evitar conclusiones y  juzgar  las ideas de los demás, elaborar modelos, coger las ideas y darles vuelta, trabajar rápido definiendo tiempos, generar gran cantidad de  ideas.

d)    Alcanzar la sinergia. se  identifica  la  llegada  a la  sinergia  mediante la emoción que  embarga  a todos haber descubierto algo nuevo que involucra y beneficia  todos. Se  pierde el interés por las luchas y los  supuestos antiguos. No  es un compromiso en el que  todos  renuncian a  algo a pesar  de que el resentimiento sigue presente y la inconformidad. Se  sienten todos iluminados  y  se preguntan cómo es posible que no hubiéremos visto esto antes. 

Una persona  sinérgica es  un valor  para  la sociedad, para la  familia, para la empresa, puesto que es  una  persona  con gran capacidad de relacionarse, comunicarse  asertivamente, trabajar  en equipo y sobre  todo solucionar conflictos y  problemas, transformándolos  en mejores  alternativas, sacando provecho de  lo que existe, manejando las  diferencias.

Para  ilustran un poco la manera  como una  persona sinérgica  aprovecha  las  diferencias  y construye nuevas alternativas a partir  de  ellas, reflexionemos desde esta  sencilla  parábola.

ASAMBLEA  EN LA CARPINTERÍA

En una carpintería hubo una extraña asamblea, las herramientas se reunieron para solucionar sus diferencias. El martillo fue el primero en ejercer la presidencia, pero la asamblea le notificó que debía renunciar. ¿Cuál es la cusa? Hacía demasiado ruido, y se pasaba el tiempo golpeando. El martillo reconoció su culpa, pero pidió que fuera expulsado el tornillo ya que había que darle muchas vueltas para que sirviera de algo.

El tornillo aceptó su retiro, pero a su vez pidió la expulsión de la lija, ya que era muy áspera en su trato y siempre tenía fricciones con los demás.

La lija estuvo de acuerdo, con la condición de que fuera expulsado el metro, pues se la pasaba midiendo a los demás, como si él fuera perfecto. 

En eso entró el carpintero, se puso delantal e inició su trabajo, utilizando alternativamente el martillo, la lija, el metro y el tornillo. Al final, el trozo de madera se había convertido en un lindo mueble.

Cuando la carpintería quedó sola otra vez, la asamblea reanudó la deliberación. Dijo el serrucho: “Señores, ha quedado demostrado que tenemos defectos, pero el carpintero trabaja con nuestras cualidades. Eso es lo que nos hace valiosos. Así que no pensemos ya en nuestras flaquezas y concentrémonos en nuestras virtudes”. La asamblea encontró entonces que el martillo era fuerte, el tornillo unía y daba solidez, la lija limaba asperezas y el metro era preciso y exacto. Se sintieron como un equipo capaz de producir hermosos muebles, y sus diferencias pasaron a segundo plano.


  


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