“ Si no sabemos en todo momento a dónde vamos, puede resultar útil saber
de dónde venimos ” . (Jostein Gaarder)
Segundo
hábito: EMPEZAR CON EL FIN EN MENTE
Quizás alguna vez
ha sentido que su organización,
su vida de pareja o la vida personal ha
avanzado grandes tramos y en un momento de la marcha surge la
pregunta ¿ hacia dónde vamos? ¡Cuál es el camino? Y sintiéndose tan
perdido como Alicia en el país de las Maravillas, sólo encuentra la voz del
gato (simbolismo de consejero interior en
el cuento) que le responde paradójicamente con otra pregunta: depende ¿A dónde vas? Como respuesta a esta situación juega un papel importante
la instalación, en la forma de vida, de lo que Stiphens Covey llama el segundo hábito: “empezar con el fin en mente”.
Empezar con el fin en
mente, es el hábito mediante el cual siempre comenzamos todo sabiendo hacia dónde vamos, cuál es el nuestro propósito y por ende el propósito lo que hacemos. Quien lo
pone en práctica comprende que todo tiene dos creaciones, primero en la
mente y luego en la realidad material, la
idea y la materialización de la idea.
Quien implementa este hábito no actúa sin antes haber establecido un propósito y juega un papel importante la imaginación y la consciencia de saber que cada quien es el programador de su destino, de su futuro, sueños y de lo que quiere alcanzar.
Quien implementa este hábito no actúa sin antes haber establecido un propósito y juega un papel importante la imaginación y la consciencia de saber que cada quien es el programador de su destino, de su futuro, sueños y de lo que quiere alcanzar.
No obstante; vale
aclarar, que no es suficiente la mera definición de objetivos, metas o la visión, estos
han de estar alineados con nuestro propósito, principios y misión
personal, los cuales definirán nuestros
paradigmas y harán que todo lo demás gire
alrededor de ellos; es como ponerse unos lentes que definen nuestra manera de
ver todo y lo que lo rodea; en otras palabras, primero identifiquemos cuáles
son nuestros principio y cuáles son nuestros propósito para definir metas, objetivos y visión.
Adentrarse en el hábito
de empezar con el fin en mente es emprender la búsqueda sincera del desarrollo
de nuestra misión personal para encontrar
el sentido y dirección nuestra vida, y de todo lo que hacemos.
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