¿Al terminar un negocio o una relación, alguna vez ha experimentado malestar interior porque se siente perdedor
ya que el otro también ha ganado? ¿Conoce una forma de ganar en la que el otro NO
pierda? Quizás estas preguntas resulten
difícil de responder cuando nos movemos por el paradigma de la
competencia, yo gano y tú pierdes, que brota de una mentalidad de
escases y una actitud egoísta que nos
impulsa a pasar por encima de los demás,
a destruirlos o quitarlos del camino para llegar solos a la meta.
Cambiar
en nuestras relaciones esa actitud egoísta que nos lleva a pensar
que solo ganamos si los demás pierden, implica adentrarnos en la
aplicación del cuarto hábito de la gente
altamente efectiva planteado por Stiphen Covey el cual consiste en GANAR GANAR.
Este hábito, ganar ganar, está en el corazón mismo de las auténticas
relaciones que conducen al crecimiento y
beneficio mutuo, donde al dar siento que
gano, me siento libre y sin miedos de compartir el conocimiento, la experiencia,
mis triunfos; este hábito, nos lleva a
sentir que nuestras capacidades y talentos valen en la medida que los puedo
entregar y compartir con los demás y que
cuando el otro gana con lo que yo comparto, yo estoy ganado también.
Este
hábito
brota de la madurez personal que nos permite superar la independencia para
alcanzar la interdependencia en las relaciones donde se crea la conciencia
colectiva, el sentido de equipo y la
capacidad de compartir.
Empezar
a aplicar el cuarto habito nos da la
fuerza interior para salir de la lucha
por ganar perder, de la fatiga desgastante que nos genera estar permanentemente
comparándonos con los demás, y liberarnos de la ley del más fuerte que nos obliga a estar siempre prevenidos porque nos sentimos
amenazados, es decir ayuda a dejar de ver al otro como enemigo al que tengo que vencer.
Aunque
resulte paradójico, en un mundo
globalizado que se mueve a través la tecnología e informática, no es posible
crecer y sobrevivir en el campo de los negocios, del empleo, el emprendimiento
y realizar proyectos si no somos capaces de compartir y dar a conocer lo que sabemos, y sabemos hacer,
sino entendemos el desarrollo de nuestro
talentos como pura fuente de solución a los problemas de los demás.
Aplicar este hábito es cambiar nuestra manera
de ver el mundo, pasando de una visión matemática de competitividad que fomenta la resta y la división a una
visión cooperativa que genera contribución y fomenta la suma y la
multiplicación.
Ganar ganar
es comprender que aunque no alcancemos nuestro propósito siempre algo
podemos ganar, que aun en un desacuerdo dentro
de un negocio se puede
llegar al acuerdo en que en esta ocasión no se pudo llegar a un acuerdo, sin
sentir frustración y espíritu de derrota.
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