“ Lo que es importante para otro, debe
ser para ustedes tan importante como lo
sea ese otro”.
(Stiphen Covey)
Tercer
habito. PONER PRIMERO LO PRIMERO
Quizás
en alguna ocasión ha finalizado el día,
la semana, el mes o el año, y al pasar ese tiempo siente en su interior la
insatisfacción de ver que hizo tantas cosas y que se ocupó tanto, pero que en el fondo no hizo nada significativo que
contribuyera valor a su vida; lo cual le
conlleva a la frustración personal y a la
baja motivación en el trabajo, la vida familiar, social y personal.
Para afrontar tal situación que resta tanta energía interior, a raíz de una mala gestión emocional del tiempo,
entra en juego la importancia de aplicar permanentemente en la vida el tercer habito propuesto por Stephen Covey el cual consiste en poner primero lo primero.
Hay
que considerar que para poner primero lo primero, es necesario estar
focalizado; es decir, haber establecido
o identificado un centro equilibrado de principios que determinen las
relaciones con los demás e integre la
dimensiones dela vida (la familia, el trabajo, la amistad, la fe), este centro
permitirá definir lo qué se quiere alcanzar, definir una visión y unos objetivos
claros, de manera que todo lo que se hace está alineado con los objetivos y dicho centro.
Instalar
este hábito va más allá de aplicar técnicas
de administración del tiempo con horarios, agendas o cronogramas, las cuales
corresponden al paradigma de la eficiencia y el control del tiempo, es decir hacer más cosas en menor
tiempo, que termina llenando la vida de
fatigas y cosificando a las personas.
Poner primero lo primero es dar importancia a las personas por encima del
tiempo, fundamentado en la filosofía que
da prioridad a las relaciones sobre los
horarios.
¿Cómo
hacer entonces para actuar sin caer en la
rutina, fatiga y cúmulo de
compromisos apremiantes que en el fondo solo dejan cansancio e insatisfacción?
Para
salir de ese torbellino es necesario en
primera instancia tomar consciencia de la
diferencia que existe entre lo importante y lo urgente. Lo importante es aquello que
proviene de dentro, es decir del centro de los principios que se han definido, de la misión y visión.
Lo urgente es aquello que
proviene de afuera, de la presión del entorno y de lo social, de lo que los
demás te imponen.
Para
aplicarlo de manera práctica viene a ser muy provechosa la utilización de una matriz de administración
del tiempo fundamentada en cuatro cuadrantes que deben regir permanentemente el
actuar de cada persona. La clave está e identificar en qué cuadrante está
aquello que se programa o se va a realizar.
1
Importante
Urgente
|
2
Importante
No
urgente
|
3
No
importante
Urgente
|
4
No
importante
No
urgente
|
Gráfica: cuatro
cuadrantes
Poner
primero lo primer es priorizar que implica desarrollar una actitud proactiva y
de liderazgo, para ello hay que situar el cuadrante dos como rector de la vida,
programar y poner siempre lo importante
como primero, no dejar que las cosas importantes estén a merced de las
urgentes, es no dejarse acumular y gobernar
por pequeñeces que surgen al instante. Hay que afrontar el cuadrante tres
donde están las cosas del día a día que distraen, agobian y ocupan el tiempo,
de igual manera desechar las del cuatro que no tienen sentido pues ni son
importantes ni son urgentes, en cuanto a las del uno, hay que mantenerlas ya
que su carácter de importancia las hace irremplazables y no desplazables es
decir si surge algo urgente y tiene carácter de importante se le da prioridad. La
pregunta clave al aplicar estos cuatro cuadrantes es ¿esto es urgente o es
importante?
Una manera práctica de hacer una programación basada en las relaciones se debe fundamentar en estos seis pasos:
1.
Conectarse a la misión, es tener claro cuál es el centro que permite
identificar lo importante.
2.
Identificar los diversos papeles que se desempeñan en la vida, es decir en las relaciones, como por ejemplo:
el papel que se juega como miembro de una familia (padre, esposo(a), el papel en el trabajo (director, administrador),
papel social como miembro de la comunidad (vecino, ciudadano). Es importante ubicarlas por orden de importancia.
3. Definir las metas que demanda cada papel que se desempeña. Qué se busca alcanzar en cada papel.
4.
Organizarse semanalmente, esta será la
mínima unidad de tiempo sobre la cual se programa, ya que la programación diaria corresponde a lo
urgente, aquí se coloca lo importante y lo demás vendrá después.
5.
Aplicar la integridad es decir garantizar que lo que se haga siempre este alineado con la misión,
con los papeles y sus metas; además se debe equilibrar la programación
teniendo presente todos los papeles y las
metas que demandan.
6.
Evaluar permanentemente, es revisar permanentemente cómo va, si se está aplicando la integridad,
se revisan las metas de cada papel.
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