COMPARTIENDO CONOCIMIENTO





La vida es un caminar...
y cada día que pasa un avanzar.

sábado, 3 de agosto de 2013

Píldoras del Evangelio. CAMBIO DE MENTALIDAD, ACTITUD FUNDAMENTAL PARA EL ÉXITO. Lc. 5, 1-11.

CAMBIO DE MENTALIDAD, ACTITUD FUNDAMENTAL PARA EL ÉXITO

Una reflexión sobre el cambio a partir del texto bíblico de  Lucas 5, 1-11.

La experiencia de Pedro y los dos discípulos que lo acompañaban,  no dista de la experiencia de nuestra vida, es decir vivir tras el  propósito de conseguir el éxito, obtener resultados, éxito que muchas veces no logramos y por el contrario solo obtenemos fracaso y frustración en nuestra propia  vida. Acaso no nos hemos visto muchas veces en la  actitud de estos hombres del Evangelio, situados en la orilla, lavando nuestras redes con las barcas paradas, pasando el trago amorgo de un intento fallido, con el deseo de no continuar más, dando por  finalizada nuestra misión, no queriendo continuar más con nuestro propósito.
Ante esta experiencia de la cual no estamos exentos nosotros, la Palabra de Dios en este texto Lc. 5,1-11, nos permite descubrir algunas pautas fundamentales para salir de la frustración y el fracaso de no realizar nuestros propósitos de vida, llámense fracasos personales, familiares, financieros, laborales y espirituales, que mantienen a millones de persona en la infelicidad y el sin sentido de la vida, realidad que conduce a multiplex situaciones de violencia contra los demás y contra sí mismo, e incluso  el suicidio.
La tesis de  esta propuesta se fundamenta en el cambio de mentalidad  que requerimos para poder renovar nuestros métodos y procedimientos, con los cuales afrontamos los retos y propósitos de nuestra vida.  Si cambiamos nuestra  mentalidad, cambiaremos nuestros sentimientos y acciones, es decir nuestros métodos y procedimientos; y por ende cambiaran nuestros resultados.  Viviremos diferentes y haremos que otros vivan mejor. Entender este planteamiento significa creer que el ser humano es: lo que él piensa que es. La persona es lo que sean sus pensamientos, las ideas que tenga de sí mismo, de los sucesos de la vida y de la realidad que lo rodea. Afirman al respecto alguno experto en el estudio del cerebro, que una persona tiene en un día 60.000 pensamientos promedio, y el conjunto de esos pensamientos constituye la mentalidad de una persona. Es así que el pensamiento, la mentalidad o la forma de pensar que predomine en una persona, determina sus sentimientos, sus acciones y su destino o su porvenir. Si pienso bien, siento bien, atraigo bien, actuó bien y tengo buenos resultados, es decir, tengo pensamientos elevados, si pienso mal, siento mal, atraigo mal, actúo mal y tengo malos resultados, pensamiento bajos, como lo explica el Dr. Wyner Dyer.
Ahora, qué hay que hacer para cambiar nuestra mentalidad? Al respecto podremos encontrar abundante información, en videos, literatura, conferencias, cursos para alcanzar el éxito en la vida, la programación neurolingüística, reflexiones que están fundamentados en este postulado esencial de la importancia de la  mente y sus pensamientos.
No obstante, a partir del texto bíblico que estudiamos,  analizaré algunas ideas claves para empezar un cambio de mentalidad.
1.    (V 3)  Dejemos subir a Dios en nuestra barca ¨Subiendo a una de las barcas…¨ y creamos en su Palabra. (V 5) ¨Pero ya que lo dices echaré las redes¨ Esto es darle a Dios un lugar fundamental en nuestra vida y en nuestra historia.  Dejemos que él sea el centro de nuestra vida, que guie nuestra barca y sobre todo que estemos dispuestos a acoger su enseñanza, es decir que la información que nutra y eduque  nuestra mente provenga fundamentalmente de él, de su Palabra y su testimonio de vida.

Lo anterior, implica estar plenamente convencidos que Dios es el centro de todo, que el todo es él, que de él provenimos, hacia él estamos atraídos y sin él nada podemos, así como lo entendió San Agustín: ¨nos has hecho para ti, y nuestro corazón no haya sosiego hasta que descansa en ti ¨ (Confesiones de San Agustín Libro 1, 1, 1-2,2; 5,5 CSEL 33,1-5); implica  hacerse discípulo del Jesús, seguidores de él para vivir la vida como él nos enseñó a  vivirla; realizar nuestra misión según sus instrucciones, (mt. 10, 5-15; Mc. 6,7-13; Lc. 9,1-6)

Creer en su Palabra, es  estar  seguros que aunque hayamos fallado muchas veces, soportados en la fe, podemos lograr y hacer posible lo que  con nuestra antigua manera de pensar no  habíamos podido lograr. Es hacer posible lo que para los hombres es imposible. (Mt. 14, 29-30; Mc. 5, 25-30)

2.    Apartémonos de la orilla procesualmente.  (v. 3)¨Y le pidió que se apartara un poco de la orilla¨ Contando con la presencia de Dios en nuestra barca, es decir, sabiendo que no estamos solos, cambiar de mentalidad implica darse la oportunidad de empezar el proceso de cambio renunciado a  aquellos mitos, paradigmas y esquemas mentales que no nos permiten ser exitosos en nuestra misión, es asimilar nuevas formas de ver la vida,  pensar diferente a cómo piensa el montón, como dice el poeta norte americano Robert  Frosf: ¨dos caminos se bifurcan en un bosque y  yo tomé el menos transitado, y eso marco la diferencia¨ .

3.    Seguir remando hasta las aguas profundas y tirar las redes, quiere decir que no basta recibir la información y tener nuevos pensamientos, hay que ser constantes y ejercitarlos en las aguas profundas, donde se pone en juego el desarrollo de la vida y la fe. Es el  momento  de  la acción,  Remar mara adentro e ir a la profundidad, requiere, poner en practica la nueva manera de pensar y de ver la realidad, ejercitar  lo que hemos aprendido,  vivir la vida con una nueva manera de pensar y de actuar dejando atrás nuestras seguridades, paradigmas y especialmente los apegos a cosas, ideas, estructuras y personas que no nos dejan avanzar.

Vaciemos nuestra mente de antiguos paradigmas, pensamientos negativos, enseñanzas que recibimos y estructuraron en nuestros esquemas mentales   los métodos erróneos que nos  han permitido ser exitosos en nuestra pesca.

4.    ( v 5) ¨Maestro, hemos trabajado la noche y no hemos sacado nada¨. Tirar  las redes de día y no de noche. Es salir de las tiniebla y hacer las cosas en la luz de una nueva manera de pensar, cambiar de mentalidad y lograr el  esclarecimiento de la vida, lo que  nos conduce a  superar las confusiones de la vida, cuando estamos en tinieblas por el pecado, el error y la no definición de un proyecto de vida. Pescar de día es ya estar en una vida nueva, renovada, el ejercicio de nuestra misión, es estar  en un escenario totalmente diferente, es empezar a sentir que todo cambia, es tener la claridad de nuestros objetivos en la vida. Ver, sentirse y estar diferente.
5.    Vencer  el miedo. (V 9-10)  ¨el temor se  había apoderado de él y de todos sus compañeros por la cantidad de peces que habían pescado¨ , fortaleciendo nuestras capacidades a un nivel superior (V 10 ) ¨en adelante será pescador de hombres¨.  Comenzar a  ver los resultados abundantes que provienen de un cambio de mentalidad y de la fe, suele suscitar en nosotros el miedo, que se convierte en el principal enemigo para continuar adelante, miedo que estanca, paraliza y suprime el desarrollo de las capacidades, se puede empezar  a sentir la limitación y a ver los objetivos y los resultados como algo que desbordan nuestras capacidades.

En tal situación hay que afrontar ese miedo con la voz de la confianza, llenándonos de fuerza de la voluntad, entusiasmo y pasión para vencer esa voz de la duda que nos habla al oído diciendo:  no puedo, no puedo.

Ante esta emoción, del miedo,  que cuando es mal orientada es tan nociva, es importante alimentar nuestro hemisferio derecho del  cerebro con toda la información positiva que podamos para que venza en esa lucha interior a esa parte de nuestro cerebro izquierdo que de manera cautelosa y desconfiada teme afrontar nuevos retos y cambios.

Hay  que  aumentar  la confianza en nuestras capacidades, redescubrir y  fortalecer nuestros talentos. En el desarrollo de nuestros talentos, en hacer lo que sabemos qué hacemos bien, mejor que otros y de manera diferente y especialmente en hacer  lo que  disfrutamos hacer. Por eso Jesús le dijo a Pedro: ¨ahora serás pescador de hombres¨, no les cambio el oficio porque  eso era lo que él y sus compañeros sabían hacer, y ahora lo seguirían haciendo, pero en un nivel superior, con una nueva mentalidad.



No hay comentarios:

Publicar un comentario