(Mateo 24, 37-44)
¿Distraídos ante las realidades del Reino?
Este
pasaje bíblico con el cual
se da inicio al año litúrgico,
ciclo A corresponde al discurso apocalíptico
del evangelio de Mateo en los capítulos 24 y
25. “Mediante un lenguaje propio
de este
género literario, se habla de los
últimos tiempos. Paradójicamente, abundan las imágenes de catástrofes y tribulaciones para
expresar la llegada del juicio y
la salvación que trae consigo. Mateo asumió básicamente el discurso
de Marcos (MC13), pero lo reelaboro
y lo amplió para señalar a su comunidad cristiana la actitud
que debía tener mientras esperaba
el retorno de Jesucristo y la llegada definitiva del Reino de los Cielos. (Tú
tienes Palabras de vida eterna ciclo A)
“El contexto literario
de este fragmento es diferente del contexto litúrgico en cual se proclama. En
efecto, literariamente se refiere a las venidas del resucitado en el transcurso
de la historia, mientras que litúrgicamente se aplica a la venida del Hijo en
carne mortal, enviado por el Padre para inaugurar la nueva creación. Sin
embargo, el texto es válido para el tiempo de Adviento porque, en primer lugar,
la venida de Jesús en carne mortal requería igual vigilancia que la que
requieren las sucesivas venidas del resucitado a lo largo de la historia; y, en
segundo lugar, porque la Iglesia está viviendo un permanente Adviento: el del
advenimiento pleno del reinado de Dios, que diariamente suplica con la oración
del Señor (“llegue tu reinado”)”.(P. Adalberto Sierra)
El
pasaje resalta y se centra en el juicio
final y la actitud de vigilancia que se requiere para acoger
la venida del Hijo del
Hombre. La vigilancia proviene del
desconocimiento del momento del juicio final. “ignorancia que no debe
confundirse con nesciencia o despreocupación por el momento del tiempo en que vivimos. (Comentarios a la
Biblia litúrgica)
PARA TENER PRESENTE
La relación de la llegada del Hijo del Hombre con los días de Noé y el diluvio. Destaca la
actitud de quienes
vivieron el tiempo de Noé
antes del diluvio. Una actitud de
despreocupación ante las cosas de Dios, vivían seguían su propio
ritmo de vida normal si tener presente a Dios en el acontecer
de la vida. Esa despreocupación no permitía
prever la llegada del
diluvio y por lo tanto no se
preparaba para su venida. De igual manera la generación a la cual se
refiere Jesús, vive despreocupada
y entretenida en las cosas del diario vivir.
El
diluvio y la llegada del
Hijo no se refieren a la destrucción definitiva del
mundo, sino un cambio de
época, el restablecimiento de la sociedad.
“ Este paralelo hace ver que la
llegada del Hijo del Hombre se da en la historia y no marca el final de la
misma sino su progreso hacia el cumplimiento del designio de Dios”.
Comer
y beber, casarse: “se refiere a los banquetes de los disolutos,
indiferentes ante el sufrimiento de su pueblo”. (P. Adalberto sierra).
El casarse aunque
tenga que ver con una función biológica y social
para la conservación de la vida, aquí Jesús rechaza
el estancamiento de la vida,
reducida solo a aspectos
biofísicos. “La llegada del Hijo
del Hombre encontrará a la gente estancada, reducida a lo meramente biológico,
viviendo superficial e irresponsablemente, absorbida por la sociedad injusta
(cf. Gn 6,5), sin proyecto de vida futura ni búsqueda de plenitud humana, ajena
a su propio desarrollo y lejos del compromiso por el reino”.(P. Adalberto Sierra)
En los
tiempos de Noé la gente no
se enteraba que él construía
la barca, estaban entretenidos en
sus propias cosas, en comer y beber, así
mientras los discípulos anuncian el reino, mucha gente no se entera de la misión de los discípulos porque están entretenidos en sus
propias cosas.
Dos
hombres en el campo, a uno se lo llevarán y al otro lo dejarán.
El campo tiene una función social: la
posesión de la tierra es propia de los hombres libres, pero Jesús exige la
libertad de dejar campos para trabajar por el reino de Dios (cf. Mt 19,29; cf.
22,5). Tiene también una función simbólica: “es el mundo” (Mt 13,38), donde se
siembra el Mensaje del reino (cf. Mt 13,24.27.31) y donde se encuentra el
tesoro escondido.
Es decir, el hecho de estar en el campo,
quizá sembrando el mensaje, no es suficiente garantía para ser llevado en el
cortejo del Hijo del Hombre en su venida (cf. Mt 24,31). La mera actividad no
basta (cf. Mt 7,21-23)”. Quien esté preparado y vigilante será llevado el otro
lo dejará el Señor. Uno será salvado y
el otro no.
Dos
mujeres estarán moliendo: a una se la llevarán y a la otra la dejarán.
De igual manera se refiere ahora a la misma situación pero con el caso de dos mujeres.
“En
el plano funcional, se trata de que personas que comparten la misma condición
social puedan, sin embargo, tener distinto destino en la venida del Hijo del
Hombre porque su vida, en apariencia igual, era diferente. En el plano
simbólico, las comunidades cristianas (“los pobres”: Mt 5,3) deben entender que
no basta con estar padeciendo, sometidos y deseando la justicia (cf. Mt 5,4-6)
sino que es preciso ser solidarios, transparentes y generosos (cf. Mt 5,7-9), y
mantenerse firmes en esa actitud hasta el final (cf. Mt 5,10”). (P. Adalberto
Sierra)
ENSEÑANZAS.
1.
El
evangelio nos interpela de manera
directa ya que nuestra sociedad
actual no dista de la misma tendencia
a entretenerse en las cosas de supervivencia biofísicas y de placer, dándole la
espalda a las realidades trascendentales.
2.
La
vida del cristiano ha de ser una constante espera y preparación para la
venida de Dios que se hace presente en el acontecer de nuestras vidas y que tendrá lugar
en un sentido escatológico, momento del cual no tenemos seguridad cuándo
va a contener.
3.
Participar
de la salvación no depende solo de estar en el “campo” o estar “moliendo”
es decir no depende solo de
hacer presencia en la misión como discípulos, o de gozar de una condición de pobre y marginado;
es necesario, la actuación personal y el compromiso con el
anuncio del reino.