“Visión
es ver con el ojo de la mente lo que es
posible en las personas, en los proyectos en las causas y en las empresas. La visión
se produce cuando nuestra mente
relaciona posibilidad y necesidad”.
(Stephen
Covey)
Mirar con visión:
más que ver es trascender.
Desde
que comencé a despertar interés y
a leer la historia de algunas personas de éxito en la vida, empecé a
encontrar una actitud que les
caracteriza en su manera de mirar el
mundo; es decir, su capacidad de tener
una visión transformadora, una visión
que penetra la realidad y les permite mirar mucho más de lo que ve el resto de la humanidad.
Jesús el más grande líder en la historia de la humanidad reflejaba su actitud visionaria en su misión y manera de relacionarse con las personas, lo cual le permitió ver en hombres sencillos como Pedro, Santiago y Andrés más que hombres rústicos y pescadores, hombres líderes claves para el desarrollo de su misión; en los pobres y pecadores no vio la pobreza y el pecado, sino una oportunidad de salvar, sanar y restaurar la vida de aquellas personas para cumplir su misión y glorificar a quien lo había enviado; de ahí que decía: “No he venido a buscar justos y sanos sino pecadores y enfermos”.
Dicen
del gran escultor Italiano Miguel Ángel Buonarotti
que cuando tomaba en sus manos un bloque
de mármol, él no veía lo mismo
que el resto de las personas;
mientras los demás
veían un simple bloque de mármol;
el veía una escultura que ya estaba en su mente y lo único que tenía que hacer era quitarle las partes de mármol que le
sobraban para que esta saliera a
los ojos de la humanidad.
En
tal sentido, en eso consiste una
mirada con visión, en ver no lo
que los
ojos físico nos permiten mirar;
sino, descubrir lo que está mucho más allá de la realidad inmanente para descubrir lo que
otros no han visto en la realidad trascendente.
Cuando
tenemos una mirada que trasciende centramos nuestras energías como Jesús en el propósito
y cumplimiento de la misión; o como Miguel
Ángel en la escultura y no en el desecho
que impide que esta salga a relucir. En el
camino siempre encontraremos los opositores de la misión o los residuos y sobrantes
que impiden ver la escultura que ya
tenemos en nuestra mente.
La
actitud de ser visionario está fundamentada en el principio de la creación que
nos dice
que toda realidad material
es creada dos veces, primero en la mente
en el mundo de las ideas y luego en el mundo material. Conectados
con el propósito y la visión surge la acción que materializa lo que ya ha sido creado en la mente.
Una
mirada con visión es lo que
permite al empresario ver en un problema una oportunidad
de negocio, al científico un proyecto de investigación, al artista
una obra de arte, al creyente una oportunidad
de elevar una plegaria al creador.
En
mi experiencia personal he podido comprender que tener una visión es lo que me
permite ver que mi trabajo y negocio es mucho
más que simples productos, servicios y clientes; tener una mirada con visión
me permite ver una manera de agradar al creador, ver sueños hechos realidad, ver el bien que realizo a la
humanidad con mi proyecto, ver la
sonrisa que puedo sacar del rostro de un niño o la mirada alegre de una
personas que ha mejorado su calidad de
vida.
He
entendido entonces que un mundo lleno de problemas, con cambios de paradigmas y circunstancias difíciles
de las cuales nos sentimos asustados, necesita hombres y mujeres con miradas de
visión capaces de emprender proyectos
transformadores, hombres y mujeres con visión para ponerse grandes metas y
luchar por ellas, para ser verdaderos
líderes capaces de influenciar su entorno generando cambios de
mentalidad que conlleven a la humanidad a sentirse responsable de su
porvenir para dejar de quejarse y sentirse victimas de su destino.
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