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y cada día que pasa un avanzar.

martes, 13 de mayo de 2014

Formación y desarrollo: TODOS TENEMOS UNA MARCA PERSONAL, NO TODOS POSICIONAMOS NUESTRA MARACA PERSONAL.

“La Marca Personal no es la venta de uno mismo. Sino todo lo contrario. Se trata de aprender a vender nuestro trabajo para no tener que vendernos nosotros”.
(Andrés Pérez  Ortega)

Todos tenemos una marca personal,  no  todos  posicionamos nuestra marca personal.



Así como la marca de una  empresa o un  producto   logra posicionarse  en la mente  de  los  consumidores,  los  seres humanos   logramos posicionarnos en la mente  de los  demás ya sea como  personas o  como profesionales; es decir cada  persona es  percibida de manera  individual  y adquiere una  identidad que le permite diferenciarse en medio  de otros; no obstante, no basta con  tener una marca, lo realmente importante es  tener un  buen   posicionamiento y una buena reputación de nuestra marca personal.

Marca  y reputación están estrechamente relacionadas, de ahí que  el posicionamiento y  reputación  de una marca sean el  reflejo de  su coherencia en el tiempo. La  reputación no  es  solo  cuestión de  imagen y  de  fachada, el buen posicionamiento de nuestra  marca personal es  el resultado de un  proceso de integridad en el que se  mezclan nuestro ser, principios, valores, capacidades, conocimientos; con nuestro  actuar y nuestra manera de hacernos percibir por  los  demás; es  decir el ser  y el parecer están interrelacionados.

Es probable  que  incurramos en la tentación de querer trabajar  solo por la apariencia   a través  del engaño o técnicas para vender imagen, pero la incoherencia de una falsa imagen que no corresponde a un sólido proceso de  identidad o marca, conducirán a que  tarde  o temprano la falsa imagen se  derrumbe, al respecto dice el evangelista  san Lucas (9,16): Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o higos de los abrojos? Así todo buen árbol da buenos frutos, pero el árbol malo da frutos malos".

Si queremos  trabajar  nuestra reputación y  la  percepción  que los  demás tienen de nosotros  como profesionales es importante pagar el precio sin querer hacer atajos por lo que se hace necesario trabajar primero en la  consolidación de  nuestro ser que traerá como consecuencia el parecer.

Para  tal fin comparto cuatro ideas que tocan aportes de  profesionales del mundo empresarial y del marketing especializados en el tema  de marca personal, entre los cuales  destaco a Dan Schawbel definido por The New York Time como el gurú de la marca personal y Andrés Pérez Ortega, autor  del  libro Marca personal,  consultor de empresas en gestión de  Branding personal, conferenciasta y profesor  en varias escuelas de negocio.

1.    Identifiquemos nuestra propuesta  de  valor.  Afirma Andrés Pérez “que es lo primero que tenemos que hacer e  identificarlo es dejar de ser marca blanca o un empleado commodity”. Nuestra  propuesta  de  valor es  aquello a lo que nos dedicamos y con lo  que  contribuimos a la empresa, lo que  aportamos en el trabajo para  transformar, mejorar, disminuir e  innovar en los  procesos, problemas y proyectos organizacionales. Nuestra propuesta  de valor  se  soporta en nuestros  puntos  fuertes que nos permiten destacarnos y diferenciarnos de los demás   porque lo hacemos  bien, porque  somos  confiable, porque somos  útiles, solícitos  y  tenemos una manera  efectiva (eficiente y eficaz)  de  hacer algo, dice el libro de los proverbios (22, 29): "¿Has visto hombre solícito en su trabajo? Delante de los reyes estará; no estará delante de los de baja condición".

Como acción fundamental para  identificar la propuesta  de  valor está  el autoconocimiento en el que podemos descubrir nuestras  fortalezas, lo cual  implica  examinarnos para mirar en las experiencia de la vida y  el trabajo  aquellas competencias  que tenemos y que hemos  ido  descubriendo.

2.    Perfeccionemos nuestra propuesta de valor. El mundo de la empresa evoluciona con la misma  rapidez que evoluciona  la  sociedad, los cambios  son permanentes y exigen del empleado la actualización y  el perfeccionamiento de sus  competencias, si nos  estancamos, otro lo hará por nosotros o nos  remplazará una máquina, por ello  necesitamos  evolucionar en nuestra propuesta a  través  de la actualización, la  practica permanente, la innovación, la autoevaluación   y la  formación continua.

Dice el refrán popular  que la práctica  hace al maestro, y  dicen los  expertos que  quienes perfeccionan un arte necesitan al menos diez mil horas  de práctica, de ahí que  la práctica  continua  es fundamental para que nuestra propuesta  de valor se  perfeccione cada  día más.

3.    Comuniquemos  nuestra propuesta  de valor. Dice el evangelio de Mateo(24,14-30) que  aquel hombre  que  recibió los talentos y los  enterró fue  despojado de ellos y se los  entregaron al que  tenía más, puesto que no hizo  uso de ellos; de igual manera, quien tiene capacidades y las  esconde sin comunicarlas es como si no tuviera nada. La mejor manera  de comunicar  es poner al servicio las  capacidades con humildad, pero con confianza en sí  mismo.

Comunicar nuestra marca es hablar bien de notros, haciendo buen uso de los medios de comunicación, de las redes sociales compartiendo nuestros conocimientos y experiencias, es saber mostrar  la mejor imagen de lo valioso que poseemos, pero sobre todo es mostrarnos aportando lo que tenemos a  través del servicio y buen desempeño en la  empresa. Comunicar  lo mejor de nosotros a  través  del servicio es la mejor manera de ganar buena  reputación; cada vez que lo hacemos,  dejamos una huella que es nuestra marca personal.

4.    Seamos constantes en el tiempo. Implica la permanencia de nuestra propuesta  de valor en el tiempo haciéndonos confiables. La constancia es  fundamental para  todo proceso de  éxito en la vida, ya que revela nuestro carácter, refleja nuestros  valores y permite descubrir nuestros principios, quizás esta  sea  la parte más  difícil del proceso, es  en esta parte  donde muchos  se  quedan en el camino haciendo parte del montón,  mientras los  que  logran una buena reputación  se desmarcan y ocupan un lugar especial que les  hace diferentes. Dice San Pablo (1Co 9,24): ¿No sabéis que los que corren en el estadio, todos corren, mas uno solo se lleva el premio? Corred de tal manera que lo obtengáis. la constancia, en la carrera de la vida es  el pasaporte al exito de esa propuesta de  valor que nos hace diferente y que hemos sabido comunicar.

Fundamental para la  constancia es trabajar nuestro carácter, desarrollar  hábitos que mantengan nuestra motivación y nos  ayude a perseverar en los momentos  de  adversidad, si  alcanzamos constancia alcanzamos el éxito como dice Santiago en su carta (1,4): Y la constancia debe llevar a feliz término la obra, para que sean perfectos e íntegros, sin que les falte nada.  


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