Cuándo
decir “SI”, cuándo decir “No”.
Tome
el control de su vida.
(Henry Cloud y
John Townsed)
Dígale NO a su jefe, dígale NO su
colega.
Tener
que llevar trabajo
adicional a la casa,
realizar tareas que no le corresponden, trabajar con frecuencia
horas extras; son los
síntomas de una falta de límites en el trabajo que tienen sus efectos
finales en el
agotamiento físico o mental, la pérdida de motivación por el
trabajo y un profundo malestar interior al sentir que abusan de usted y
usted deja que lo hagan. La
falta de oportunidades laborales, el temor a desaprobar a un jefe,
o a un compañero de trabajo, pueden ser
la aparentes causas que le
conllevan a aceptar tales
situaciones. Sea cual sea la
razón, lo cierto es que quien vive
este panorama tiene un gran problema que resolver a través del establecimiento de límites o la búsqueda de
un nuevo empleo.
Quizás decirle
que no a un jefe puede ser
una decisión difícil de
tomar, pero la única posible para
darle fin a un problema y es
necesario correr el riego ya sea que
este lo entienda y cambie su
mal proceder, o en el peor de los
escenarios, le despida obligándole a
buscar otra solución a
su situación.
Decirle que no a un
colega cundo tratara de descargarle sus tareas puede
llevar a que se enoje con usted y lo critique tratando de
manipularle para que usted no se libere,
si se quiere liberar debe entender que ese enojo es
un mecanismo para controlarle y que
su crítica es irracional, no se
enoje con él, solo mantenga sus límites, aclárele sus responsabilidades y no entre en su juego y en el peor de los casos es mejor mantener la distancia,
esas actitudes de un colega son los síntomas de que no le conviene tenerlo cerca.
Si
se ponen las reglas de juego claras desde
el inicio la otra persona sabrá hasta dónde puede llegar con usted,
si lo deja avanzar
es más difícil sacarlo de su
territorio que no dejarlo entrar.
Poner
límites de entrada es fundamental para que usted
pueda desarrollar su trabajo de
manera responsable y los
demás hagan el de
ellos como les corresponde, no tiene usted por que correr
con la falta de planeación y compromiso de los demás. Decirles que no se convierte en una oportunidad
para que su jefe
o su
colega pueda reflexionar y
tomar correcciones a tiempo de su mal proceder.
Los
doctores Cloud y John Towsend en su libro
LIMITES, hacen un buen planteamiento sobre
este problema que llevan muchas personas
en su campo laboral, y a la vez proponen algunas pautas
importante para afrontar la
situación:
1. Ponga
límites a su trabajo. Decida cuántas horas
extras está dispuesto a trabajar. En algunas ocasiones se puede requerir
un apoyo en momentos críticos o estacionales y está bien hacerlo como reflejo
de un compromiso con la
organización, pero lo importante
es que usted decida cuánto tiempo dedicará y cuántas
veces lo hará, sin dejar que lo absorba
el trabajo y le impongan horas
extras con su desacuerdo.
2. Revise
las descripciones de tareas. Es importante conocer
cuáles son las responsabilidades, tareas o funciones que le corresponde en su puesto de trabajo y de manera honesta determine si son equitativas para
el tiempo de su horario laboral, el tiempo que fue
contratado o el plazo definido si es por objetivos. Las descripciones
de un puesto de trabajo son claves para
determinar límites y saber qué le
corresponde a usted y qué
le corresponde a su jefe o a su colega.
3. Solicite
una cita con su jefe para discutir
la sobrecarga de tareas. Saque una lista de los compromisos,
tareas o actividades a realizar en el
mes de acuerdo a la planeación y responsabilidades de su puesto, si son excesivas, reúnase con su jefe;
revísenla
juntos y pídale que se las
organice según su prioridad e importancia, así usted
se concentrará en aquello que
es importante o
prioritario. Es necesario expresar
la sobrecarga para ponerle
los limites, si el jefe mantiene posiciones irracionales y se niega a escuchar acuda a otra
instancia según su conducto regular y en
el peor de los casos véalo como un
signo de la necesidad de
buscar otro empleo u otro medio
de subsistencia.
Recuerde que usted pone los límites,
los demás llegan hasta donde usted
lo permita. Decirle no a un jefe, no
es irrespeto; decirle no a un colega, no
es ser mal compañero, la línea fronteriza
la traza los deberes y los derechos de cada uno, usted
tiene el deber de cumplir con su trabajo; pero tiene el
derecho a no hacer el trabajo de los demás.
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