Marcando al diferencia.
(Mateo 5, 30-48)
En
este pasaje Jesús
sigue planteando que no es
suficiente el cumplimiento de la ley; sino que hay que trascender en el espíritu de
la misma, cuyo
sentido verdadero está
en el bien que se
ha de hacer
a la otra persona, no
por imposición o exigencia
externa, sino por la fuerza interior del amor.
En
tal sentido, no tiene validez aplicar la
justicia que proviene de la
ley del talión cuyo
fin era buscar una medida justa
para resarcir a quienes fueran agraviados,
de manera que pudieran en la misma
medida cobrar
el daño realizado, de
ahí su expresión “ojo por
ojo y diente por
diente”.
Haciendo
referencia a algunas
experiencias o situaciones concretas que
tenían que afrontar los judíos que
se encontraban bajo el dominio del imperio Romano, Jesús
invita a ser capaces de perdonar y dar amor
en tales experiencias como es el
caso de poner la otra mejilla, entregar
la túnica o
caminar no solo una milla, sino
dos.
ENSEÑANZAS:
1. Marcar la
diferencia: vivimos
en un mundo en el cual tiene mayor
valor quien es capaz de diferenciarse del montón;
así nos lo demuestra la
realidad, pues solo es
un gran líder aquel que ha
sido capaz de sobre salir diferenciándose
por una virtud, un valor o una cualidad; en el mundo empresarial
triunfan las empresas que aunque hacen
lo mismo que otras lo hacen diferente lo que les permite destacarse. A esta diferencia se refiere
Jesús en el evangelio, para el cristiano
no ha de ser suficiente hacer
lo que hacen los demás en el mundo común y corriente, su
manera de vivir
el amor ha de ser
diferente; lo cual implica no
solo amar como ama
el común de la gente en el mundo, que hace
bien y ama solo a quien se lo
hace, aún sin tener fe; pues hasta el malvado es capaz de amar a
quien le ama y hacer bien a los
suyos. No amar a quien nos
hace el bien y nos ama es estar por
debajo del mínimo; y hacerlo, no
genera ningún valor agregado, lo cual no tiene mérito alguno ya que no revela
el alcance y la fuerza de la fe y del amor de Dios que
hace salir su sol
sobre buenos y malos, y ama a todos
por igual.
2. No
puede haber justicia haciendo el mal a otros. Quizás una de
las tendencia más instintivas en los
seres humanos es orientarse a la
venganza como camino
de justicia y considerar descargar
sentimientos negativos sobre
otro, es la mejor manera de hacer justicia; no obstante, la propuesta
de Jesús conduce a una manera diferente de hacer justicia que conduce
al amor y el perdón, pues no se
puede entender que haya
justicia cuando se actúa con odio. Liberarnos del
odio, de los sentimientos de
dolor y frustración por el agravio que haya podido realizar
otra persona es la mayor justicia que podemos recibir; pues además de haber
sido lastimados en el pasado, no es justo que sigamos cargando la
herida, el recuerdo doloroso y los sentimientos
negativos en el presente, en tal sentido el perdón y el amor son el mejor camino de recibir justicia.
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