“
La confianza es un edifico difícil de
construir, fácil de demoler y muy dificil
de reconstruir”.
(Augusto
Cury)
El
triángulo de la confianza en la vida laboral
Tener títulos, habilidades, conocimientos y
experiencias son factores importante para desarrollar una carrera profesional de
éxito en una organización; no obstante, todos esos
factores encuentran su soporte en el factor confianza, ya que si esta
no existe o se rompe, todos los
demás factores de nuestro perfil
profesional pierden valor, pues de nada
sirve tener títulos o
saber mucho sin no generamos
confianza como personas y en lo
que hacemos. Podremos saber mucho y tener
gran experiencia pero no es garantía de que inspiremos confianza.
La confianza
es un intangible difícil de
construir y muy fácil de
romper. Necesitamos tiempo para ganarnos la
confianza por eso cada
instante hay que
cuidar de ella, ya que es como
una vasija de barro que llevamos en las manos. Hay que
estar vigilantes mientras la construimos.
Cuando se logra construir confianza todos
los aspectos del trabajo se hacen más
efectivos ya que se simplifican
procesos y procedimientos
que surgen por
la ausencia de confianza aumentando el desgate físico y emocional en el ejercicio de nuestro
trabajo.
Ganarse
la
confianza de los jefes, de los compañeros de trabajo y de
los clientes es un reto en nuestra carrera profesional y es un proceso que se logra
con el tiempo; para ello se requiere la complementación de tres
aspectos claves que son analizados
por Stephen Covey en su
libro Factor Confianza, y que aquí planteo como las tres caras del triángulo de la confianza en la vida laboral.
1.
Trabajar la integridad. La
integridad es la base
de todos los demás factores ya que es la manera como se entrelazan en nuestra vida
los pensamientos, sentimientos y acción,
reflejados a través de:
·
La
congruencia, es
decir la correlación entre lo que
pensamos y lo que sentimos, aunque parezca obvio, no
siempre es así, ya que
muchas veces pensamos
diferente a lo que reflejan nuestros sentimientos
y emociones.
·
La
consistencia, correlación
entre nuestros sentimientos y acciones. Se trata
de actuar como sentimos, que
la acción sea un reflejo del sentimiento y la emoción.
·
La
coherencia, relación
entre el pensamiento y la acción; es
decir, actuar como pensamos, pies y cabeza van en el mismo sentido. La acción prosigue al pensamiento,
están íntimamente relacionados.
Si
somos íntegro hemos dado un paso para
ganarnos la confianza de las demás personas de la organización ya que
podrán ver que somos transparente, que no tenemos cartas
ocultas, máscaras o engaños; que nuestras acciones son el reflejo de nuestros
sentimientos y pensamientos. La
confianza que los demás tienen en
nosotros es el resultado de una vida integra, inmediatamente falle la integridad, la confianza se
desquebrajará. Este aspecto de la
confianza es fundamental
ya que determina la manera
de relacionarnos con los
demás como seres humanos, refleja
nuestro ser como personas.
2. Desarrollar
las capacidades. Para ganar la confianza de los
demás en lo que hacemos es fundamental desarrollar nuestras capacidades,
lo que implica saber dónde están
nuestras fortalezas, en qué somos competentes de manera que aquello que hagamos lo hagamos tan bien que seamos
confiables. Podemos ser muy íntegros, ser buenas personas, pero si no somos
competentes no generamos confianza profesionalmente, por ello es importante la identificación de las capacidades y
el fortalecimiento de las misma de
manera que no
destruyamos la confianza a través del error, los fallos
que cometamos por no estar
en nuestra zona de
influencia o por no perfeccionar
las capacidades. Si lo hacemos bien,
somos creíbles y generamos confianza. Este aspecto de la
confianza tiene que
ver con el hacer, con las habilidades, capacidades técnicas y la solidez
de nuestra formación profesional.
3. Buenos resultados. Los buenos resultados
de nuestro trabajo generan confianza en las demás personas, les permite
ver que somos
confiables en lo que hacemos. Si
tenemos conocimiento y habilidades pero nos obtenemos buenos resultados nada
logramos. Los resultados son el reflejo
del ser y el hacer. En este aspecto es importante tener presente que no basta
el resultado cuantitativo que se refleja en cifras o estadísticas,
sino que juega un papel importante el
proceso mediante el cual se han
alcanzado los resultado, pues si nos valiéramos
de cualquier medio inadecuado para alcanzar
resultados cuantitativos
nada haríamos y por el contrario aumentaríamos la
desconfianza. Tan importante
es el proceso para alcanzar los resultados, como el resultado
final. No hay que buscar demostrar sino mostrar
resultados, lo que implica trasparecía, trabajo en equipo, esfuerzo y
honestidad.
Los
tres aspectos están relacionados con el ser, el hacer y el parecer, cómo somos interiormente, cómo hacemos las cosas y cómo nos
ven a través de nuestros resultados.