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La vida es un caminar...
y cada día que pasa un avanzar.

sábado, 4 de enero de 2014

Píldoras del Evangelio: BÚSQUEDA, ADORACIÓN Y OFRENDA.


Búsqueda, adoración y ofrenda
(Mateo 2, 1-12)



El pasaje  bíblico es  utilizado en  la  liturgia católica, en el contexto de la  solemnidad  de la  epifanía  del  Señor, una  de las  grandes celebración que  se  destacan en el  tiempo de  la  Navidad. Desde  el punto de  vista bíblico, el pasaje es  propuesto  por  el evangelista  Mateo con la  finalidad  de abordar  aspectos determinantes  sobre la infancia  de  Jesús.

La mención de  lugares   y personajes  del tiempo, permiten establecer una relación de Jesús con el contexto histórico del  momento.  Dice al respecto Joseph Ratzinger en su libro la infancia de Jesús: “Con la mención del  rey Herodes y el  lugar  del nacimiento, Belén, encontramos aquí una  neta determinación del contexto histórico. Se indica  aquí un personaje bien conocido de la época y un lugar geográfico fácilmente  reconocible”.  Estos  datos permiten hacer referencia  a la  persona  de Jesús, su infancia y por ende su  existencia  histórica.

No obstante el evangelista, no  solo  pretende presentar un dato histórico  sobre la  existencia de Jesús, sino que  también trasciende en significación teología. ¿Qué  quiere contarnos el evangelista? ¿Un acontecimiento  histórico, una leyenda, una reflexión teológica  dramatizada sobre el alcance universal del nacimiento del Salvador?(Luis Alonso Schökel, la Biblia de nuestro  pueblo).

En tal sentido  el pasaje aborda  aspectos  teológicos  como:  el  cumplimiento de  la  promesa  mesiánica, el Mesías tenía  que  nacer en Belén; la  manifestación  de Dios a  la humanidad en el  nacimiento de  Jesús, plenitud  de la  revelación; además  toca otros aspectos  como  la respuesta universal de acogida al  Mesías, por parte  la comunidad pagana,  representada   en los  magos que  se  desplazan  hasta  salir  al encuentro con  Jesús. Los magos representan otras  culturas y otros lugares (Los tres continentes conocidos por entonces: África, Asia y Europa) que confluyen en la búsqueda de  Jesús como rey universal.

Agrega Ratzinger sobre los  magos: “Más tarde se  ha relacionado a los tres  reyes con las  tres  edades de la vida  del hombre: la juventud, la  edad madura y la vejez.  También esta es una idea  razonable, que  hace  ver cómo las  diferentes  formas de la vida humana encuentran su respectivo significado y su unidad  interior en la comunión con Jesús.  

Por  otro  lado, también,  está la actitud de negación y  rechazo a la  manifestación de Dios, representada en Herodes y toda Jerusalén, quienes comenzaron a  temblar cuando  los magos  preguntaron por  el lugar donde  había nacido el rey de los judíos.

Aparecen otras simbologías como la  estrella que  guía  a los  magos, Dios se  manifiesta en el cosmos,  la creación conduce a Dios, pero el conocimiento que brota de la creación y se concretiza  en las religiones también puede perder la orientación correcta, por eso necesitan; para encontrar  el camino hacia Jesús, la indicación de las  Sagradas Escrituras, la  palabra  de Dios.

ENSEÑANZAS.
Ante la  manifestación de Dios  que  sale  al encuentro de  la humanidad y  de manera plena  lo ha  hecho en la  encarnación de  su  Hijo en la  persona  de  Jesús,  tenemos dos opciones de  responder.

1.    Aceptación de la revelación, a  ejemplo de los magos, lo cual implica:

·         Salir. Es  decir, cambio de mentalidad, renuncia  de  todo aquello que nos  separa de Dios y que corresponde  una mentalidad  vieja en la que  vivíamos antes  de conocerlo. No es posible  asumir  un proceso de camino hacia  Dios si no hay una  salida.

·         Emprender el camino. La fe  es un camino que exige  desplazarnos, es decir ponernos  en acción para avanzar y  salir  en la búsqueda de Dios que  se nos  revela. Caminar  es  salir de la pasividad e inercia  de nuestra  fe,  es  crecer en la experiencia  de Dios en la medida que somos  capaces  de  conjugar conocimiento y vivencia de la  fe.

·         Buscar. El ser humano está en permanente  búsqueda en la vida, todos  los  avances de la humanidad en el fondo son un resultado de  la  búsqueda insaciable del hombre, no obstante, seguimos buscando y solo en Dios encuentra el hombre las  respuesta de  aquello  que  busca.

·         Dejarse guiar. Tener una  guía en el camino es un factor  fundamental en la vida para llegar  a nuestro destino, Dios  se  vale  de  diversos  medios  para  guiar nuestra  vida, pone su estrella y  nos  orienta en el camino a  través  de  los acontecimientos, la  creación y  su Palabra, lo importante  está en que  seamos  capaces  de  dejarnos guiar; es  decir, vencer nuestras  terquedades en la  vida y estar  abiertos a la comunicación con Dios para descubrir sus orientaciones que nos  conducen hasta  él.

·      Ofrecer a  Dios nuestros  dones. Dios  no  ha  dado abundancia de bendiciones y  especialmente  el don preciado de  su amor en el Hijo. Preguntémonos ¿cuál es  nuestra  ofrenda  para él? en mi búsqueda y caminar, ¿Qué  dones he  preparado para   ofrecer?

·         La  adoración y alabanza. Nuestra  ofrenda, ha  de estar  acompañada de una  actitud de adoración y alabanza que  manifiesta nuestro  reconocimiento de Jesús como el rey y señor  de nuestras  vidas. En tal sentido  cobra  valor nuestra  ofrenda ya  que  deja de  ser una  entrega  que  busca manipular o  comprar la  conciencia, para  convertirse en una  auténtica ofrenda de  donación absoluta a quien todo lo merece de nosotros.


2.    El rechazo a la manifestación de Dios. En los  personajes  del evangelio vemos  las dos  actitudes de  rechazo, por un  lado está  el rechazo de los poderosos quienes presumen de  desplazar  a Dios y buscan su  anulación con el fin de usurpar  ellos el puesto de  Dios; y  por  el otro,  está  la  actitud  de  quienes se encuentran sometidos  al dominio de los  poderosos de este mundo y se  dejan manipular, dando una  respuesta masificada e inconsciente de  negación y desprecio hacia  Dios.

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